jueves, 18 de julio de 2013

¿Pensando hacer un pacto con Dios?


pactos
Recuerdo en una ocasión recibir una carta que llego a mi casa proveniente de mi ex iglesia. Llamándome la atención la abrí para saber que contenía. Sobre un costado decía algo como esto: “Conforme al salmo 128, haga un pacto con Dios por $128” ¡Increíblemente me habían enviado una carta para que haga un “pacto con Dios” y encima me imponían el monto que debía dar! ¿Qué hay detrás de todo esta doctrina de “pactos” financieros? ¿Qué dice las Escrituras acerca del comercio y los comerciantes de bendiciones? ¿Qué son los pactos bíblicos? ¿En el AT hicieron Abraham o Jacob un “pacto” con Dios? ¿Hay sustento en el NT? ¿Cuál es el peligro de esta práctica?[i]
“Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.” Hechos 8:18-20
El pecado de simonía se define como la compra o venta de cosas espirituales por medio de cosas materiales. Este ha sido un mal enquistado en el corazón de los apostatas que han ingresado al ministerio queriendo lucrar con la Fe. Al mismo tiempo hay mucha gente que coopera con ellos, participando en el mismo pecado, creyendo que dando dinero o cosas materiales a cierto “ungido” o a ciertos ministerios serán bendecidos de una manera “sobrenatural”.
Virtualmente, toda religión falsa producida por el hombre adora a un dios cuya función es entregar alguna clase de “Bendición especial” a través de dinero. Durante siglos la Iglesia Católica Romana ha sido identificada con este pecado. Todo aquel que tenga un poco de conocimiento acerca de la Reforma Protestante, habrá oído del monje Johann Tetzel y su venta de las “indulgencias”. Ese hombre perverso, enviado por León X, iba de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, con mucha pompa para impresionar a muchos, enseñando a las gentes ignorantes a que diesen dinero, con la excusa de que haciendo así, recibirían remisión total o parcial ante Dios de los castigos por sus pecados. Este hombre decía: “Cada moneda que suena al caer en el plato, es un alma que es liberada del purgatorio”
No hubo otra cosa que enojara más a Martín Lutero que esa herejía y robo sistemático. De hecho, esa fue la razón principal, por la cual el monje agustino se levantó contra Roma y clavó las 95 célebres tesis sobre la puerta de la catedral de Wittenberg (Alemania) allá por el año 1517.
Esa es una de las cosas que más enfureció al Señor Jesús cuando anduvo entre nosotros, cuando entrando en el templo de Dios, echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas, diciéndoles: Escrito está: “Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones” (Mateo 21:12-13)
La Iglesia “Evangélica” hoy no está lejos de este pecado. Por los países centroamericanos, más precisamente en Costa Rica. Se emite cada ciertos meses, una “maratón” de predicas consecutivas. Suele escucharse en las paredes de la emisora frases como la de Carlos “Cash” Luna diciendo: “Ninguna Gracia es barata”[ii] O la del empresario y dueño de la cadena a la cual nos referimos, Enlace TV, Jonás González quién dice: “Dinero primero, cosas después. Así funcionan las cosas aquí.”[iii] El predicador Luna comienza a instar a las personas a que se comuniquen y envíen dinero “pactando” por bendiciones: “Llamo para quedar sano ahora, pacto con Dios, es sensato dar”[iv] Y así uno tras otro quienes van saliendo al aire, medrando la Palabra de Dios (2Co.2:17) y tomando su nombre en vano.
Guillermo Maldonado, en su iglesia llego a comparar a Dios con una prostituta, en el marco contextual sobre dichos pactos. Diciendo él blasfemante que Dios “no abriría las patas sino había pacto”.[v] Increíblemente miles siguen a estos predicadores en América Latina. Y así estos aprovechan, llamando a enviar su “ofrenda” “pacto” o “semilla” con la promesa de una gran bendición posterior. ¿Qué diferencia tiene todo esto con una venta de indulgencias?
Lo cierto, es que nada podemos darle al Señor que no sea suyo, por lo tanto toda negociación, es inútil. Luna no leyó Mateo 10:8 “de gracia recibisteis, dad de gracia.” El propio David le dijo al Señor a la hora de ofrendarle: “Pero, ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos” (1 Crónicas 29:14) A Dios no hay que pagarle, de ninguna manera, para que Él obre a favor del hombre. A Dios, nada podemos darle. Y menos para comprar un favor o un milagro.
Por su puesto, que ese dar principalmente es a los “ministros” o “ministerios” de los que parten esas enseñanzas de “pactos”. Es una magnífica manera de enriquecerse, esa es la razón por la cual todos los predicadores de la “prosperidad”, como Cash Luna, son millonarios. El pueblo les adinera, creyendo equivocadamente que dan para la obra de Dios.
¿Qué es un pacto bíblicamente? La palabra pacto (Heb, Berit) significa: Alianza,  testamento o acuerdo. Esta aparece 285 veces en el Antiguo Testamento
Características de pacto bíblico:
  • 1-      Dios pacta
  • 2-      Dios pone las reglas del pacto
  • 3-      El hombre se somete aceptando el pacto.
Las Escrituras enseñan principalmente 9 pactos que hizo Dios con el hombre.
  • 1)      Pacto Edénico (Gn.1:28-30; 2:16-17)
  • 2)      Pacto Adámico (Gn.3:14-19)
  • 3)      Pacto con Noé (Gn.8:20-9:27)
  • 4)      Pacto Abráhamico (Gn.12:1-3; 13:14-17; 15:1-8; 17:1-8)
El pacto con Abraham no tiene condición. Solo Dios, manifestándose como “un horno humeando y una antorcha de fuego”, pasó por entre las partes del animal sacrificado en Génesis 15:12-21. Eso es bastante significativo. En el mundo antiguo cuando dos personas hacían un pacto, ambos caminaban entre las dos partes de los animales sacrificados para señalar que cumplirían las condiciones del pacto. Pero Abraham se había quedado dormido (Gn.15:12) luego: “una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos.”Esto significa que Dios hizo el pacto con Abraham como sigue en 15:18 y no Abraham con Dios. Dios no impuso ninguna condición a Abraham; de manera que lo establecido aquí (y a continuación) se cumpliría no obstante con la fe, o la falta de ella, de los descendientes de Abraham.
Así mismo ¿Jacob hizo un pacto con Dios? Según Génesis 28:20
  • No se trata de un pacto sino de un voto. Es distinto a pacto ya que involucra otras cuestiones.
  • Dios tenía un propósito con Jacob y lo guardaría para llevar a cabo su programa redentor.
  • El hacer voto era muy común en el antiguo oriente, en occidente puede entenderse como una promesa o juramento que el hombre hace y se propone a cumplir posteriormente, si Dios primeramente decide en su Voluntad ayudarlo en algún asunto particular.
La ley de los votos la vemos en Números 30. Ejemplos de ellos son el pueblo de Israel (Nm.21:2) Jefté (Jue.11:30-31) y Ana (1S.1:11)  En el Nuevo Testamento Jesús prohíbe hacer deliberadamente este tipo de prácticas (Mat.5:33-37) Sin embargo las Escrituras también no señalan que lamentablemente la naturaleza caída del hombre se apresura a comprometerse con Dios cuando está en situaciones desesperadas y apuradas. “Oh, Señor, si me sacas de esta, te serviré toda mi vida”. Dios nunca ha pedido tales votos de su pueblo. Pero si se hacen y Dios decide actuar en dicha situación, será mejor cumplirlos. (Ecl.5:1-7)
  • 5)      Pacto Mosaico (Ex.19:5; 20:1-31:18)
  • 6)      Pacto Palestino (Dt.30:1-9)
  • 7)      Pacto Davídico (2S.7:5-19)
  • 8)      Pacto con Salomón (2S.7:12-15; 1R.8:4-5; 2Cr.7:11-22)
  • 9)      El Nuevo Pacto (Jer.31:31-34; He.8:7-12; Lc.22:20; 1Co.11:25)
¿Enseña el NT hacer pactos con Dios? Como se ve en los 9 pactos. Luego del Nuevo, no se hizo ningún otro pacto. Ni Dios con el hombre y menos el hombre con Dios. En el paganismo, idolatría, politeísmo y satanismo el humano hace pactos. En la biblia es Dios quien hace los pactos, legisla y sanciona al ser humano que incumple el pacto. El pacto involucra leyes. El hombre no le puede poner leyes a Dios. Es lógico ¿Uno le puede poner reglas a Dios? El hombre no está en condiciones de semejante atrevimiento.
Sin embargo, las “iglesias” del movimiento apostólico y profético, con bases doctrinales de la teología de la prosperidad. Como una conocida ubicada en Buenos Aires, Argentina, llamada Cristo la solución insta a esta práctica.
El “pacto del Salmo 128” de Cristo la Solución dice así: “Dé un paso de fe, al hacer un pacto con el Señor, basado en el Salmo 128, al honrar a Dios, y agradarlo a Él, participaremos de beneficios y bendiciones de larga vida, paz, protección, armonía en el hogar y prosperidad divina… Haga el pacto para activar sobre su familia los beneficios del Salmo 128.”[vi]
Recuerdo las palabras de una persona del ministerio que me decía: “Si tengo que ponerme a ver en el auto que anda el pastor, o el “apóstol” y la casa donde viven… me tendría que ir de la iglesia… Porque la pregunta seria ¿Qué están haciendo con mi dinero?
Creo que la respuesta a esa precisa pregunta esta aquí. Bajo la fachada de “honrar” “Dar para su obra” ser “generoso” y las posteriores promesas de “activar beneficios y bendiciones”. Los predicadores de CLS se adineran a costas de la ignorancia de las gentes instándolos a “pactar”. ¡Encima imponiendo el monto que se debe dar!, así lo mencione al principio. Como el salmo es el 128 entonces lógicamente son $128. La pregunta seria ¿Por qué no utilizan el Salmo 1 o el 23? ¿O acaso no son rentables y no generan dividendos? Esto hermanos no tiene otro nombre y no es otra cosa más que un gran robo. Y los ladrones no heredarán el Reino de Dios (1Co.6:10)
Recuerdo a Sebastián Crudo querer defender esta doctrina citando Filipenses 1:5. Diciendo que la palabra “comunión” en griego significa “compañerismo”. Esto es cierto. Sin embargo utilizando un juego de palabras para confundir a las personas y torciendo las escrituras (2P.3:16) él argumentaba que ya que significa “compañerismo” nosotros (Las personas de CLS) también estábamos en “compañerismo de pacto” para “extender el evangelio”. ¡Pero los filipenses no hacían pactos con Dios! Si ellos tenían una cualidad ciertamente era la de ser dadivosos (Fil.4:10, 14-18) Pero nuevamente ¡No hacían pactos con Dios! Este hecho muestra la inconsistencia de la teología de la prosperidad en arrancar un texto para un pretexto dando una interpretación subjetiva, torciendo así las Escrituras y socavando las mentes y el bolsillo de las personas.
La realidad es que el Señor no va a “pactar” con nadie, porque esos supuestos “pactos” no existen para Dios. El único pacto que está vigente hoy en día es el que Dios ha hecho con el hombre en la Cruz del Calvario. Ese es el Nuevo Pacto por el cual Dios se compromete a dar salvación eterna a todo hombre que crea y reciba el beneficio de la obra de Cristo en la cruz, por el derramamiento de Su sangre. Ese pacto es incondicional, que significa que el hombre, beneficiario de ese pacto, nada puede ofrecer ni aportar a cambio, sino solamente recibir su beneficio  (1Co.11:25; He.13:20; 12:24; Ef.2:8-9, etc.) Esa es la generosidad de Dios hacia todos nosotros, no esperando nada a cambio.
¿Podemos como creyentes agregar algo más al pacto ya hecho por Dios? Según Pablo: “Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.” Gálatas 3:15. Considera así mismo estos versículos: “Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.” 1 Corintios 11:25. Jesús mismo inauguro y ratifico una vez y para siempre, con su sangre el nuevo pacto. Por lo tanto si crees que eso no es suficiente, que su sangre no es suficiente y quieres vos hacer un “pacto” con Dios. Cuidado de no encontrarte en Hebreos 10:29: “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?”
No damos para recibir a cambio. Damos con sabiduría porque eso es lo que Dios requiere de nosotros, y si Dios, como también dice Su Palabra, nos quiere bendecir por ello, pues amén a ello (2Co.9:8-9), pero siempre, la motivación no es la “recompensa”, o el “beneficio” como si se tratara de una transacción comercial. La motivación correcta es la obediencia y la fe. Pero no una fe ingenua en falsas doctrinas para que te terminen robando, sino por la fe que obra por el amor (2Co.8:11; Gál.5:6). Si alguna vez hiciste un “pacto” arrepiéntete y no lo vuelvas a hacer. No trates de comprar el favor de Dios. Ni te dejes robar.
“Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho.” Deuteronomio 10:17

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