lunes, 4 de julio de 2011

LOS PASTORES MODERNOS: “DE SIERVOS A EMPRESARIOS”



La degradación del concepto bíblico ha llegado a dimensiones alarmantes, lo que deja ver la influencia de la apostasía delante de nosotros, frente a la cual todos quedamos inmunes. Se han distorsionado los conceptos y entre el deterioro de principios existentes ciertas palabras básicas en el diario vivir del cristianismo se han vuelto completamente contraria al sentido literal del texto bíblico, de forma tal que los “siervos” de hoy, llámense pastores, evangelistas o apóstoles, han dejado de ser lo que en sí significa siervo para convertirse en empresarios, grandes e importante, a los cuales se le debe rendir pleitesía, y adquieren derechos que muchas veces contradicen las enseñanzas del Divino Maestro. Si se es siervo “sinónimo de esclavo, persona comprada para servir a un amo” no se puede ser “grande” porque ambas terminología son contradictorias y el ser “siervo” rompe totalmente con la otra expresión de “ser grande” según las enseñanzas de la Palabra de Dios (Mt 23:11, Lc 9:46, 22:24-27).
En el artículo que pondré a continuación, recibido de “apologista.blogdiario.com” se relata algo que me dejó pasmado, aunque sé que esta realidad es común en los países ricos, y que tienen una herencia evangélica muy antigua, en donde la pasión por las almas se ha perdido y ha evolucionado por el interés del dinero, convirtiéndose el “siervo” en un profesional. Esto ha creado una generación de pastores asalariados, que no aman las ovejas, sino el sueldo y las prestaciones sociales. Fue por ello que Jesús nos dejo una clara enseñanza para evitar de esta perversión ministerial cuando dijo: “Yo soy la puerta de las ovejas.Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas” Juan 10:7-13. Quiero aclarar un punto de vista que no comparto con este artículo pues un pastor debe acogerse a los beneficios que le conceda la sociedad y a su vez pagar sus impuesto y cotizar para su pensión, porque el obrero es digno de su salario siempre y cuando el mismo venga de parte de la iglesia y no de su capricho, pero un verdadero pastor aunque se jubile, siempre seguirá siendo un siervo de Jesucristo y deberá morir con las botas puestas y predicando el evangelio. A continuación transcribo literalmente dicho artículo y relato.
Mario E. Fumero
 CLASIFICADO EN UNA REVISTA CONOCIDA EN EE.UU.
No hace mucho, estando yo en Oregon, Illinois (USA) en una sala de espera, me topé con una revista evangélica muy conocida, y en cuya sección de avisos clasificados había varias solicitudes para Pastores desempleados para ocupar el cargo vacante en varias iglesias. Uno de esos avisos clasificados decía algo así, como: “Debido a la Jubilación de nuestro anterior pastor, se busca un cristiano con experiencia como pastor principal de por lo menos 5 años a tiempo completo, de mediana edad, casado, con hijos, y dispuesto a pastorear una iglesia de 500 miembros en una zona residencial de clase alta. Se ofrece: Sueldo anual: $48,000. Otros beneficios: Facilitamos una casa amoblada con todos los servicios pagados, escolaridad para los hijos, automóvil del año, un mes de vacaciones pagadas, seguro de salud integral (incluyendo la familia), y un excelente ambiente de trabajo. Las condiciones son negociables. Por favor remitir su currículo Vitae actualizado a la siguiente dirección de correo electrónico: Iglesia del Buen Pastor, Oregon, Illinois”.
Este aviso no fue el único que vi en esta revista, pues había como otros 15 más que solicitaban el servicio de pastores titulares en otras congregaciones, y en otros estados de la unión, y que ofrecían similares beneficios o ventajas económicas. Y créanme, que estos avisos no sólo aparecen en revistas o periódicos cristianos, sino también en los seculares. Es realmente impresionante para mí ver cómo el “pastorado” en los Estados Unidos se ha convertido en una carrera más, en una profesión a la cual uno puede sacarle el jugo, si logra conseguir a un buen empleador que le pague bien, y le ofrezca jugosos beneficios que le permita vivir en confort y sin carencias de ningún tipo.
De igual modo, en Latinoamérica, los aspirantes a pastores ven el cargo de Pastor como la oportunidad de sus vidas para manejar grades sumas de dinero provenientes de los diezmos y ofrendas, dado el poder y control absolutos que les confiere la iglesia, y por supuesto, el cargo mismo, y sin que nadie les exija cuentas o balances generales anuales por los fondos recibidos.
Cuando un cristiano graduado de un seminario es solicitado, para ocupar el cargo de Pastor, lo primero que generalmente  pregunta es: ¿Cuánto será mi sueldo? ¿Cuántos miembros hay, y cuántos ofrendan entra en la iglesia? y ¿Dónde está localizado el templo de reuniones? Con estas preguntas el candidato quiere saber el “potencial económico” de la iglesia, ya que de esa información depende su interés por el cargo, y su futuro económico. En realidad, los postulantes a pastores de hoy ya no tienen la misma vocación de servicio y sacrificio que los pastores de antaño, a pesar de que saben muy bien que el cargo les brindará algo que el dinero no siempre da, es decir, el prestigio y la especial consideración de la misma comunidad cristiana.  Realmente el pastorado ya no es lo que era antes, pues tristemente se ha convertido en una profesión seglar más, en donde lo primero que le importa al Pastor es él mismo y su bolsillo, y luego sus feligreses, con sus problemas y necesidades particulares. Esto es muy común en las iglesias evangélicas, cualquiera que sean éstas: Bautistas, Metodistas, Pentecostales, Evangélicas Libres, Alianza Cristianas, etc.,
En el Nuevo Testamento los Pastores salían de las mismas congregaciones, y eran nombrados por los mismos miembros, los cuales elegían a quiénes, según sus condiciones morales y espirituales, eran los idóneos para el cargo. No se dice nada de que esos pastores recibirían un salario mensual, o que serían mantenidos por toda la iglesia a través de sus diezmos y ofrendas (¡si es que se daban diezmos!). Todo parece indicar que los pastores del NT tenían sus propios oficios, y por tanto, sus propios ingresos, fruto de su profesión seglar misma. Eran padres de familia que tenían hijos en sujeción, y que vivían en sus hogares como cualquier familia normal lo hace, pero con la peculiaridad de que eran los paradigmas de la fe en la comunidad. Sin duda alguna estos pastores del primer siglo permanecían fieles en sus responsabilidades eclesiásticas, aun en la edad más avanzada. Es decir, el pastor no pensaba en jubilarse y luego recibir una pensión vitalicia como lo hacen los hombres y mujeres en la sociedad actual. La gran mayoría de trabajadores llegan a una edad límite y luego piensan en descansar, jubilándose con una pensión fija y segura que reciben de parte del Estado. En Los Estados Unidos, los Pastores de las iglesias que son mantenidos por sus feligreses se jubilan como cualquier hijo del vecino, para así descansar cómodamente en sus casas, recibiendo su cheque mensual de retiro como cualquier trabajador seglar. Realmente me pregunto si esto no es una distorsión radical del sentido del Pastorado original y bíblico. Sí, realmente me da vergüenza y cólera a la vez de que se haya convertido el pastorado en una profesión cualquiera, en una carrera seglar como la de ingeniero, abogado, arquitecto, o albañil. Me pregunto: ¿Qué dirá el Señor de todo esto?.

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