viernes, 15 de julio de 2011

El Peligro de No Juzgar

..juzguen con juicio justo — Juan 7.24 [Foto por McFrikki]Escrito Por El Pastor Chuy Olivares
Trataremos de responder varias preguntas:
  • ¿Será correcto juzgar conforme a las escrituras?
  • ¿Qué tal denunciar las falsas doctrinas?
  • ¿Y denunciar a los falsos maestros?
  • ¿Será correcto dar nombres?
  • ¿Denunciar a los apóstatas?
Muchos cristianos aseguran que no se puede denunciar, que es incorrecto. Ellos aseguran que quienes denuncian “les falta amor y que en lo que juzgan, serán juzgados”. Pero, ¿qué dice la Biblia al respecto?
Un pasaje mal empleado es “No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mat 7:1).
Si solo leemos este versículo, sí parece decir que no podemos juzgar. Pero, estudiemos todo el pasaje porque para interpretar un texto hemos de considerar el contexto.
La frase no juzgar viene del gr. krino: hacer diferencia, discernir, condenar, decidir castigar, hacer juicio.
No juzguéis para que no seas juzgados – en el griego “condenados“. Es decir, la misma sentencia que damos, esa misma recibimos.
La razón para no juzgar está en el versículo siguiente:
Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. (Mat 7:2).
Aquí la palabra empleada para juicio es el griego Krima, una variante de Krinos. Significa “veredicto que se hace en las faltas de otro”. La misma sentencia que das, es la que vendrá sobre ti.
hipocresía implica tener máscarasVeamos el final de la frase “con la medida con que medís, os será medido”:
  • Con la medida: gr. metrón (de donde se deriva metro). Significa medida, porción.
  • Con que medís: implica medir una cantidad
  • Os será medido: medir de igual manera
Hasta aquí, parece que es prohibido juzgar pero sigamos con el pasaje:
¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? (Mat 7:3).
Paja aquí se refiere a una ramita seca, siendo una metáfora de una falta y la frase “echas de ver” implica considerar, reflexionar con mucho cuidado. Jesús usa “viga”, refiriéndose a un tronco.
¿No has considerado que tu eres peor que aquel a quien juzgas? Es la pregunta de Jesús.

Acusado [Pintura por Linda James - http://www.artists.co.nz/linda/otherpeople.html]Jesús está haciendo un contraste metafórico de una falta igual que hicieron el acusado y el acusador: el acusador está haciendo juicio sobre una falta que él también cometió. El mismo pecado que está acusando, él la tiene en su vida.
Por tanto, ¿con qué calidad moral podemos tratar de sacar una falta que nosotros mismos hemos cometido?. Esto es hipocresía (y más adelante lo dice). Es como el borracho que reprende al borracho.
Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. (Rom 2:1)
¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. (Mat 7:5).
Jesús dice aquí: ¡actor, hipócrita!. Está rechazando la conducta hipócrita del acusador. Saca primero: límpiate primero de ese mismo pecado que condenas y que tienes. Saca ese tronco de tu ojo y la siguiente frase es clave en la comprensión del texto: y
entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Es decir, como consecuencia, verás bien. En el original dice: Verás claramente, recuperar la vista espiritual para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Pregunta: ¿está prohibiendo Jesús juzgar en este pasaje? NO
Lo que él está condenando y reprobando es que se juzgue y se condene algo que nosotros mismos estemos haciendo o dejando de hacer.
Por ejemplo: es como si yo tuviera amargura contra alguien y llego a la iglesia a predicar del perdón; exijo que otros perdonen pero yo mismo no perdono. Estoy enjuiciando a la oveja pero estoy igual o peor de resentido. No tengo calidad moral para hacer esto.
Otro ejemplo sería que vengo a predicar sobre las finanzas y el diezmo. Doy un sermón y acuso de ladrones a los que no diezman, menciono Malaquías y soy bien duro en el mensaje, pero resulta que yo mismo no diezmo. (Aprovecho aquí para decir que los pastores también debemos diezmar). No puedes predicar del diezmo si no diezmas. Sería hipócrita al hacerlo.
Juicio de Dios [Foto de Apocalipsis.org]Juicios en la Iglesia: 1 Cor 5:1-11 Un caso de inmoralidad sexual.
De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. (2) Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado,para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? (3) Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. (4) En el nombre de nuestro Señor Jesucristo,reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, (5) el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (6) No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? (7)Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. (8) Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad. (9) Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; (10) no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. (11) Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. (12) Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? (13) Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros. (1Co 5:1-13).
En el v.1 leemos que se trataba de un caso de fornicación e incesto. ¡Qué vergüenza! Es la expresión de Pablo porque esto no se da ni entre gentiles.
Ante el v.2 algunos le dirían a Pablo que sacar a alguien de la iglesia es falta de amor.
En el v.3, cuando Pablo dice “ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho”, está diciendo que él ha decidido disciplinar y castigar al que ha hecho esto. No se refiere de ninguna manera a desdoblarse o cosa parecida.
El reclamo de Pablo es que la iglesia de Corinto no había hecho nada. Ellos se jactaban de sus dones, hablaban en lenguas, pero tenían este pecado vergonzoso.
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo (1Co 5:4)
Como ya mencioné, esto no se refiere a esoterismo. Es una expresión para decir que “estamos de acuerdo, yo les apoyo”.
El tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (1Co 5:5)
¿Cómo es que los cristianos de hoy no tienen la capacidad de juzgar y de hablar claramente del tema de la disciplina del Señor?.
Error de Pablo hubiera sido juzgar este pecado si él también hubiera estado en pecado, pero su vida era limpia, por tanto tenía la autoridad moral y el respaldo de Dios para excomulgar a este hombre; juzgarlo y como veredicto entregarlo a Satanás.
Cuando Jesús – con la mujer adúltera – les dice que “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, ellos se fueron porque hacían lo mismo. Si yo estuviera manipulando a las ovejas para sacarles dinero no podría hablar contra este pecado, pero como no lo hago, tengo la autoridad moral para denunciar a los estafadores de los púlpitos.
Si Jesús en Mateo hubiese prohibido juzgar, ¿cómo habría dicho Mat 24 “cuídense de los falsos maestros: disciernan, vean, juzguen su mensaje para no ser engañados?.
Veamos los siguientes versículos:
En Juan 7:20 dice que “Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura matarte?”. Jesús, en el v.24 contesta: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”.
Jesús no está diciendo que no juzguen, está diciendo no juzguen mal. No se trata de callar y “dejárselo al Señor”. No podemos juzgar según las apariencias, sino bien sustentados.
Veamos este texto:
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? (Mat 7:15-16)
Guardaos: en el original es “prestar atención a, tener cautela por, escuchar”. Jesús sí nos invita a juzgar rectamente, con justo juicio, juzgar los frutos, no las apariencias. Frutos, como ya lo he mencionado, no es llenar un auditorio.
En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. (1Co 2:15) 
Juzguemos según lo espiritual no por las apariencias.
Hay quienes por las apariencias juzgan el fruto de una iglesia, ven la calidad del auditorio de alguna megaiglesia, se impresionan por las riquezas y suntuosidad que ven y creen que Dios está con ellos por esto. No necesariamente el lujo refleja obediencia.
En Guatemala, en cierta Iglesia, estaban recogiendo la “ofrenda” (lo digo entre comillas, pero en realidad era el tiempo del robo) y empezaron a pedir de ciertos montos para arriba (¿desde cuándo se le dice a la gente cuánto dar?). Casi no pude creerlo cuando anunciaron que en el banco tal estaban dando créditos a los miembros de esa congregación. ¡Qué horror!, eso sí es manipulación. No juzgar y discernir que esto está mal, es caer nuevamente en el oscurantismo.
De los versículos favoritos que mencionan para impedir el buen juicio es el de David cuando dice que no puede tocar al ungido de Jehová. Sin embargo, en el original tocarse refiere a “agredir físicamente”. No confundamos “agredir físicamente” con “juzgar sus delincuencias”.
A muchos pastores les encanta que la gente se someta a ellos, pero… veamos el siguiente texto:
Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios;considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. (Heb 13:7)
¿No dice acaso aquí que juzguemos su conducta? Entonces, imitamos su fe y nos sometemos a ellos. Pero si su conducta no es de Dios, cómo vamos a avalar sujeción.
He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos. (2Co 12:14)
Este es un punto importante a considerar en la conducta de un pastor: ¿busca a las ovejas o busca lo material que tienen las ovejas?
No hace mucho una señora me contó que fue a un concierto “cristiano” y pagó un lugar VIP. Pues estando ahí adelante, “las hermanas” solteras le gritaban al cantante “Papacito, te amo, las quiero contigo”.
El cantante las miraba y se reía… ¿por qué él no detuvo esta conducta? La señora se tuvo que salir pues no resistió más lo que veía y escuchaba. ¿Qué sigue? es la pregunta en estos casos. ¿Será que falta poco para que se quiten sus prendas íntimas y se las tiran al hermano?
Juzguemos por favor este tipo de situaciones y hagamos algo al respecto.
..por sus frutos los conoceréis..Frutos: No podemos hacer de los milagros y los grandes eventos nuestra medida para juzgar. Hasta Judas hizo milagros. El anticristo hará que una estatua hable. Los brujos de San Martín hacen milagros y dicen “en el nombre de Jesús”. Ahora, ya tenemos “la virgen del colchón”: acá cerca en Sayula, Jalisco tienen un pesebre y cuando le iban a cambiar las sábanas dicen que quedó la “imagen del niño en el colchón”, pues ahora le están ofreciendo flores al colchón.
Ya tendremos el santo del zapato, la virgen de la lámpara y la virgen de la llanta del camión. Con lo milagroso la gente juzga mal, creyendo que es Dios quien los está apoyando.
¿A qué fruto se refería Jesús? El usó la palabra griega carpos, refiriéndose a frutos de la nueva naturaleza.
¿Cómo vivía Jesús? Esto nos da una medida correcta, después de todo, él es nuestro modelo.
En Gálatas también se usa la palabra carpos: amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fe, templanza, dominio propio. Estos son evidencias de que estamos llenos del Espíritu. No se trata de milagros ni de estadios llenos.
Juan 15 también habla de frutos.
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. (2) Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. (3) Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. (4) Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. (5) Yo soy la vid, vosotros los pámpanos;el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. (Juan 15:1-5)
Sin él nada podemos hacer: refiriéndose a dar frutos espirituales, no a hacer grandes conciertos.
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. (1Jn 4:1)
¿No es acaso aquí probad: juzguen, disciernan, vean?.
Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. (Rom 16:17)
Aquí no solo se nos advierte a juzgar, sino también a apartarnos de los tales.
¿Es Bíblico dar nombres?Por último: ¿Es bíblico dar nombres?:
Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. (17) Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales sonHimeneo y Fileto, (18) que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos. (2Ti 2:16-18).
Aquí Pablo menciona nombres. El Espíritu Santo permitió esto y que nosotros hasta hoy leamos estos textos.
Se imagina que usted sea testigo de un robo en un banco y que al interrogarle la policía usted les diga: “en nombre del amor y paz, se dice el pecado pero no el pecador, no quiero problemas, no hay que juzgar… mejor no vi los hechos”? Solo los tibios y cobardes le tienen miedo a las represalias.
  • David adulteró y asesinó: ¿entonces por qué se predica de este texto y mencionamos su nombre?. Nadie enseña de esta historia diciendo: “había un rey que mató y adulteró”.
  • Moisés le pegó dos veces a la roca: se menciona con nombre y predicamos de esto. No decimos “había un hombre que desobedeció a Dios y…”. No, sino que lo mencionamos por nombre.
  • Gal 2 – Pablo resistió a Pedro cara a cara. Dice que era de condenar: de reprobar su hipocresía. ¿Cómo iba a obligar a los gentiles a judaizarse?. “Lo reprendí cara a cara delante de todos” dice el texto.
No hace mucho, en el tiempo de oración del culto un hombre empezó a orar a gritos. Pues yo públicamente le regañé, esa no es la forma de orar en mi congregación. Si no es válido reprender públicamente: ¿por qué Pablo lo hizo?
Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. (10) Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia. (3Jn 1:9-10)
Otro de los tantos nombres mencionados en el Nuevo Testamento.
Jud 1:11 ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.
En conclusión, sí se puede juzgar, debemos hacerlo bien (no viendo las apariencias, sino el fruto) y hay peligro en no hacerlo.

domingo, 10 de julio de 2011



Adoracion Al Estilo Nadab y Abiú




Este tema fue publicado por la Hna.Judith Torres y contribuye a desenmascarar el "diluido evangelio moderno" que hoy se está enseñando.


Para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio… (Levítico 10:10).


Grandes palabras pronunciadas por Jehová Dios, una amonestación para Aarón, para una vez mas dejarle saber la manera en que Dios quería ser adorado.
Nadad y Abiú, hijos de Aarón pensaron que podían adorar a Dios de una manera innovadora, diferente, utilizando fuego extraño. Es curioso como hoy día se consideran obsoletas o pasadas de moda las alabanzas a Dios, piensan como Nadab y Abiu, que todo lo que se haga para adorar a Dios es bueno, porque es dedicado a El.

Ya no hay ojo espiritual, ni discernimiento para saber cuando cruzamos la línea de lo santo a lo profano, hoy día no morimos instantáneamente, porque estamos en la gracia y es la sangre de Cristo las que nos cubre de toda esa maldad.

Pensaran que Dios fue injusto, por no aceptar las buenas intenciones de estos dos hombres que solo querían adorarle y agradarle. Pero es triste decir que el infierno esta lleno de buenas intenciones.

Hoy en pleno siglo XXI han surgido cientos de movimientos nuevos para adorar a Dios, fiestas, risas santas, vomito santo, ruidos de animales, gritos, danzas eróticas, bailes, etc. Todo con el supuesto interés de adorar a Dios, y Dios rechaza todas las mecánicas que complacen solo al hombre y no al Dios del Cielo.

Leyendo hace unos días un comentario de un hermano, me hizo pensar en esto, y lo cito: “hoy día se utilizan unas danzas raras en las iglesias, porque el pueblo hebreo así lo hacia y porque en el salmo 149-3 dice: “ALABEN SU NOMBRE CON DANZA; CON PANDERO Y ARPA A EL CANTEN…” Pero no terminan de leer el salmo donde dice: “EXALTEN A DIOS CON SUS GARGANTAS, Y ESPADAS DE DOS FILOS, PARA EJECUTAR VENGANZA ENTRE LAS NACIONES…”

Verdaderamente el comentario de este hermano, muestra la preocupación de la poca visión que se tiene para interpretar las verdades bíblicas. Todo es a base de sacar un texto del contexto para tener un pretexto, sí, pretexto para hacer como mejor nos parece

El mejor modelo de adoración esta en el aposento alto y a través de todo el nuevo testamento, ya no estamos bajo la ley, ni pertenecemos a la cultura hebrea, estamos bajo el nuevo pacto. O cumplimos TODA la ley, o nos convertimos en desobedientes a esa ley. Si arrastramos con costumbres o leyes del viejo pacto, estamos trayendo a nuestras vidas la maldición a la cual estaban sujetos todos aquellos que vivieron bajo este viejo pacto.

Estas bajo la ley o bajo la gracia?

Debemos darle gloria a Dios que hemos recibido su gracia y la libertad en Cristo Jesús. No podemos dar por bueno, a todo invento que es mal interpretado en la palabra, Dios nos da el intelecto y su sabiduría para discernir, que es de su agrado y que no.

Tenemos que ser cuidadosos porque el enemigo anda como “león rugiente” buscando a quien devorar. Sabemos que el es un imitador y hará lo que sea para engañar aun a los escogidos si así fuera posible.

Estas tu ofreciendo a Dios fuego extraño?

O estas dentro de la voluntad, la solemnidad y la santidad que El exige?

Se que dentro de las historias bíblicas el pueblo de Dios lo adoraba con danzas, “Nunca” dentro del templo, esas danzas eran para recibir a los que salían victoriosos en las batallas, era una costumbre. Por ejemplo lo vemos en: Jueces 11:34, en la Victoria de Jefte, el antiguo testamento esta lleno de este tipo de danzas.

He escuchado a personas que dicen: “cada cual alaba a Dios como quiera” y dentro de este libertinaje hemos visto conductas que dejan mucho que desear.

En una ocasión vi un servicio donde todos se reían descontroladamente, no había orden, parecía un circo. Muchos gritaban y me pareció escuchar a alguien ladrar como si fuera perro, incluso cacareos, no podía creer lo que veía, he visto también jóvenes danzando con ropa ceñida al cuerpo (leotardos o licras) haciendo movimientos eróticos y diciendo que es coreografía santa.

Sí es así, porque no hacen la coreografia en sus casas en privado para que Dios la recompense en público?

Porque ese tipo de show, es para Dios o para lucir a los que están allí presentes?

No entiendo porque piensan que Dios se aburre cuando le adoramos con nuestros labios, de Corazón, hasta donde es capaz de llegar el hombre para “impresionar” a Dios?

Nadab y Abiu muertos por querer impresionar a Dios con su fuego extraño. No es la innovación lo que llega al corazón de Dios, es tener un corazón contrito y humillado, hacer su voluntad, estar arrepentido de corazón por nuestros pecados y haber puesto a Cristo en nuestro estilo de vida.

No podemos dejarnos impresionar por aquel que trae ideas innovadoras y decirle que son buenas y son de Dios, porque sentimos cosquillitas en el estomago y se nos paran los pelitos o la piel se nos pone de gallina, quiero que sepan que en el espiritismo, Santería y palo mayombe también se le para los pelitos a uno y te dan maripositas en el estomago, y eso no quiere decir que sea de Dios.

Los brujos llaman a esa manifestación, “fluidos” yo le llamo reacción del cuerpo por emoción. Yo no tengo que sentir que se me eriza la piel para decir que Dios está a mi lado, yo se que está a mi lado porque tengo la convicción y la fe, no por lo que siento, tenemos que ser cuidadosos en eso.

Tenemos que pasar todo movimiento nuevo a la luz de la escritura y si no está ahí, no se debe practicar, venga la idea de quien venga. Así la traiga el más famoso del mundo.

Porque hasta los escogidos podemos ser engañados, y ni aun podemos confiarnos de nuestro propio corazón, porque hasta ese es engañoso. Así lo dice la palabra, que engañoso más que todas las cosas es el corazón.

Solo la palabra de Dios y su Santo Espíritu son nuestro guía y si nos dejamos guiar solo por su palabra y su Espíritu nunca seremos engañados.

Seamos solo imitadores de Cristo, no imitadores de los hombres…

Termino diciendo: “Todas las cosas me son licitas, mas no todas convienen, todas las cosas me son licitas, mas yo no me dejaré dominar por ninguna…”1 Cor.6:12

sábado, 9 de julio de 2011

LA PSICOLOGÍA: ¿UN NUEVO CABALLO DE TROYA EN LA IGLESIA?



Por Sugel Michelén

Desde hace algunas décadas, muchos cristianos profesantes han comenzado a poner en duda la suficiencia de Cristo y de Su Palabra para la guía y dirección de la vida cristiana y para enfrentar los problemas del alma, y consecuentemente han comenzado a buscar soluciones en la psicología secular. Como bien señala el Dr. MacArthur: “Los ‘psicólogos cristianos’ han venido a ser los nuevos campeones de la consejería en la Iglesia. Ellos son ahora proclamados como los verdaderos sanadores del corazón humano. Pastores y laicos han sido llevados a sentir que están mal equipados para aconsejar a menos que tengan un entrenamiento formal en técnicas psicológicas” (J. MacArthur; Our Sufficiency in Christ; pg. 31).
Esto ha venido a ser tan generalmente aceptado que muchos ni siquiera se han detenido a cuestionar si es lícito este maridaje entre la psicología y la religión o si se trata de un yugo desigual con los infieles. Lo cierto es que tenemos muy buenas razones para pensar que este matrimonio ha venido a ser uno de los más grandes desastres que ha sufrido la Iglesia de Cristo de nuestra generación, y una de las causas principales de la decadencia espiritual de estos días. A medida que la psicología ha ido avanzando en la Iglesia, en esa misma medida ha ido disminuyendo la predicación y la consejería bíblica; y a medida que la Biblia es relegada a un segundo plano, y a veces en la práctica eliminada por completo, en esa misma medida se ha ido debilitando la piedad de la Iglesia.
El Dr. Ed Payne, luego de haber analizado el contenido de cierta obra “cristiana” de sicología dice: “Tal psicología, presentada por cristianos, es una plaga en la iglesia moderna, porque tergiversa la relación del cristiano con Dios, retarda su santificación y debilita seriamente la Iglesia. Ninguna otra área del conocimiento parece tener un dominio tan absoluto sobre la Iglesia (como la psicología)” (Psico-Herejía; Martin y Deidre Bobgan; pg. 79-80; el paréntesis es mío). Y el Dr. Vernon McGee, muy conocido por su programa “A través de la Biblia”, escribió hace unos años un artículo titulado “Psico-Religión – el nuevo flautista de Hamelín”, en el que dice lo siguiente: “Si la tendencia presente continúa, la enseñanza bíblica será eliminada totalmente de las estaciones de radio cristianas, así como de la TV y del púlpito. Esta no es una manifestación infundada hecha en un momento de preocupación emocional. La Enseñanza bíblica está recibiendo baja prioridad en las emisiones radiales, en tanto que la llamada sicología cristiana es puesta al frente como solución bíblica a los problemas de la vida” (op. cit.; pg. 80).
Es hora de que nos detengamos a pensar seriamente en este asunto. ¿Es la Palabra de Dios suficiente para tratar con los problemas del alma, o necesitamos también la ayuda de la psicología secular? Ese es el tema que quisiera tratar en esta ocasión.Ahora, estoy consciente de que este es un tema polémico que puede levantar una serie de interrogantes, por lo que me adelanto a hacer una aclaración. Mi punto aquí no es que la psicología no tenga ninguna clase de utilidad, sino que su utilidad es limitada. La palabra “psicología” significa estudio del alma. Pero lo que la psicología estudia realmente es la conducta humana, no el alma. Y sus observaciones limitadas a ese campo pueden ser útiles: en el área vocacional, para detectar problemas de aprendizaje y ayudar a las personas a superarlos, en el área industrial, en la educación. Pero nuestro foco de atención aquí es el uso de la psicología para tratar con problemas tales como la ansiedad, el temor, la ira, la depresión, la amargura, el descontento, los problemas matrimoniales, los hábitos pecaminosos; para lidiar con estas dificultades la psicología no tiene ninguna solución que ofrecer que no podamos encontrarla en la Palabra de Dios.
Presuponer que necesitamos la psicología para tratar con los problemas del alma es falso, y esto por dos razones: en primer lugar, porque se fundamenta en algunos conceptos erróneos acerca de la psicología; y en segundo lugar, porque limita el alcance y eficacia de la Palabra de Dios. ¿Cuáles presuposiciones erróneas asumen aquellos que se han volcado hacia la psicología para tratar con los problemas del alma humana? En primer lugar, presuponen que la psicoterapia (el aconsejamiento psicológico con sus teorías y técnicas) es una ciencia objetiva, cuando es en realidad una especie de religión que posee sus credos y sus dogmas, y en los cuales sus adherentes ejercen fe. Cada día más y más personas, aun en el campo secular, están poniendo en duda, no sólo la capacidad de la psicología para ayudar a las personas, sino también su supuesto ropaje científico. Por ejemplo, el premio Nobel Richard Eynman, dice lo siguiente acerca del status científico de la psicoterapia: “El psicoanálisis no es una ciencia… tal vez se parezca más al curanderismo” (op. cit.; pg. 34). Y el psiquiatra Thomas Szasz, profesor de psiquiatría en la Universidad Estatal de NY, dice: “No es sólo una religión que pretende ser ciencia, sino en realidad una religión falsa que busca destruir a la verdadera religión” (Ibid; pg. 35).
La psicología y el cristianismo son dos religiones en pugna. Los problemas con los que lucha la psicología son esencialmente religiosos. Carl Jung, uno de los padres de la psicología moderna, veía la “neurosis” como una crisis de orden espiritual, no como un problema médico. Lean con cuidado este trozo de una de sus obras, y presten atención a ciertas palabras claves que aparecen allí: ¿Qué deben hacer los terapeutas, pregunta Jung, cuando los problemas del paciente surgen de “no tener amor sino sólo sexualidad; ninguna fe, porque teme andar en oscuridad; sin esperanza porque está desilusionado del mundo y la vida, y sin entendimiento porque ha fracasado en la lectura del significado de su propia existencia?”
El problema que encaran los terapeutas, desde este punto de vista, es el de dar a los pacientes amor, fe, esperanza y entendimiento. ¿No son estos problemas netamente religiosos? ¿Cómo podrá un hombre sin Dios proveer tales cosas a un individuo? Como ven, estamos ante una religión rival que intenta desacreditar el cristianismo. Esto viene a ser más evidente cuando rastreamos las raíces de las teorías y métodos psicológicos. Al tratar de desentrañar el origen de la psicología nos topamos con tres nombres principales: Sigmund Freud, Carl Jung, y Carl Rogers.El primero decía que las creencias religiosas son una mera ilusión, y que la religión misma no es otra cosa que “la neurosis de obsesión de la humanidad”. De hecho, Freud atribuía a la religión el origen de los problemas mentales del hombre. Siempre fue un crítico acérrimo de las creencias religiosas.
Carl Jung, en cambio, afirmaba que todas las religiones son positivas, pero imaginarias. En otras palabras, son mitos que hacen bien; todas contienen algo de verdad sobre la psiquis humana y pueden ayudar hasta cierto punto. Jung veía la psicoterapia como una religión alterna. “Las religiones – decía él – son sistemas de sanidad para las enfermedades psíquicas… Es por eso que los pacientes imponen al psicoterapeuta el rol de sacerdotes, y esperan y demandan de él que los libere de sus aflicciones. En consecuencia, los psicoterapeutas nos ocupamos de problemas que, estrictamente hablando, pertenecen al teólogo” (Ibid; pg. 26; el subrayado es mío).
Jung admite que los psicoterapeutas están invadiendo un terreno que antes era manejado por otros. Ahora bien, no debemos pensar que Jung veía el cristianismo con buenos ojos. No. Jung no sólo repudió el cristianismo, sino que exploró otras experiencias religiosas, incluyendo prácticas ocultistas y la nigromancia, es decir, la comunicación con los muertos a través de un médium. Lo mismo le ocurrió a Carl Rogers. Estudió en un seminario teológico, pero renunció al cristianismo y se volcó hacia la psicología secular, terminando también en la práctica del ocultismo y la nigromancia.
Y ahora nos preguntamos, estos hombres que repudiaron de ese modo el cristianismo bíblico, ¿realmente tendrán algo que decir a la Iglesia de Cristo acerca de cómo deben vivir los cristianos y cómo deben los hombres tratar con los problemas del alma que Dios creó? Alguien puede decir: “Bueno, eso depende. Si sus postulados son científicos, entonces no habría ningún problema en servirse de ellos. Un científico impío puede llegar a conclusiones científicas objetivas y verdaderas”. Eso es verdad, pero no en este caso.
Recuerden que aquí estamos hablando de los problemas del alma, y de las soluciones que debemos dar a estos problemas. Los psicólogos no pueden estudiar el alma en una forma científica; ellos se limitan al estudio del comportamiento humano, y en base a esos estudios tratan de determinar por qué la gente se comporta cómo lo hace, y cuáles soluciones pueden dar a sus conflictos.Pero muchos de ellos ni siquiera creen en la existencia del alma, y una gran mayoría niega la existencia del Dios que la creó. ¿Cómo pueden llegar a conclusiones acertadas en ese terreno? Una cosa es establecer un patrón estadístico de comportamiento, y otra muy distinta pretender explicar el por qué de esos comportamientos, y muchos menos cambiarlos.
Cuando la psicología penetra en ese terreno lo que afirma es pura opinión, pura teoría, pero nada más. Puede ser que en algunos casos, sus opiniones sean de cierta utilidad, pero solo en aquellos caso en que, por la gracia común de Dios, estas opiniones coinciden con las de Dios reveladas en Su Palabra. Pero tales aciertos no deben confundirnos: la resuposición de que las teorías y métodos psicológicos son científicos no es más que un mito. La Psicología es una especie de religión, y los que aceptan sus postulados lo aceptan por fe.
El famoso historiador Paul Johnson, en su obra Tiempos Modernos, dice lo siguiente: “Después de 80 años de experiencia, se ha demostrado que en general sus métodos terapéuticos (refiriéndose a Freud) son costosos fracasos, más apropiados para mimar a los desgraciados que para curar a los enfermos. Ahora sabemos que muchas ideas fundamentales del psicoanálisis carecen de base en la biología” (pg. 18). Y Karl Popper, considerado como el filósofo de la ciencia más grande del siglo XX, dice lo siguiente sobre las teorías psicológicas: “Aunque se hacen pasar como ciencias, tienen de hecho más en común con los mitos primitivos que con la ciencia” (Ibíd.; pg. 55-56).
La segunda presuposición errónea que están asumiendo muchos consejeros cristianos hoy día es que la mejor clase de consejería es aquella que utiliza tanto la psicología como la Biblia. Los llamados “psicólogos cristianos” piensan estar en una mejor posición para aconsejar que los consejeros cristianos, que no son psicólogos, y que los psicólogos que no son cristianos. Ellos creen tener lo mejor de los dos mundos. El problema con esa simbiosis es que los postulados sobre los cuales se basa la psicología secular se oponen tajantemente a los postulados esenciales del evangelio. Si aprobamos uno de ellos automáticamente desaprobamos el otro. Es por eso que a medida que la psicología ha tomado cuerpo en la Iglesia, muchas enseñanzas falsas han comenzado a infiltrarse también, como por ejemplo: Que la naturaleza humana es básicamente buena, que las personas pueden encontrar respuesta para sus problemas dentro de ellos mismos, que la clave para comprender y corregir las actitudes y acciones de un individuo se encuentran en algún lugar de su pasado, que otros son culpables de nuestros problemas, y así podríamos citar muchas otras cosas más.En muchos círculos cristianos aún el vocabulario ha sufrido cambios trascendentales. Al pecado se le llama “enfermedad”; el arrepentimiento ha sido sustituido por las terapias; los pecados habituales son llamados adicciones, o conductas compulsivas, de las cuales el individuo no parece ser responsable.
Quizás el ejemplo más palpable de esta distorsión es el énfasis que vemos hoy día sobre la importancia de la auto estima y el amor propio para la realización y felicidad del individuo. Aunque este es un tema muy popular hoy día, en realidad tiene un origen reciente. Hace apenas unos 50 años que surgió fuera de la Iglesia, y desde hace unos 30 años para acá se ha introducido con fuerza dentro de ella, adaptándola de tal modo que parece una doctrina bíblica, basada en textos bíblicos.
Uno de los promotores de esta enseñanza dice lo siguiente: “Nuestra habilidad de amar a Dios y de amar a nuestro prójimo es limitada por nuestra habilidad de amarnos a nosotros mismos. No podemos amar a Dios más de lo que amamos a nuestro prójimo y no podemos amar a nuestro prójimo más de lo que nos amamos a nosotros mismos”. Y otro psicólogo cristiano escribió: “Sin amor por nosotros mismos no puede haber amor por otros… Tu no podrás amar a tu prójimo, no podrás amar a Dios, a menos que te ames primero a ti mismo”.
Esto parece ser un eco de las palabras del Señor Jesucristo al intérprete de la ley, cuando éste le preguntó: “¿Cuál es el gran mandamiento en la ley?” Jesús le respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mateo 22:37-40). ¿Está ordenando Cristo a los suyos en este pasaje que se amen a sí mismos, como sugieren algunos psicólogos cristianos? De ser así, no serían dos los mandamientos de los que dependen toda la ley y los profetas, sino tres: Ámate a ti mismo, ama a Dios y ama al prójimo. Y de estos tres, ¿cuál sería el más importante? Obviamente, el amarte a ti mismo, porque de ese dependen supuestamente los otros dos. ¿Pero es esa la enseñanza de ese texto? ¡Por supuesto que no! El mandamiento más importante de la ley no es que nos amemos nosotros mismos, sino que amemos a Dios y a nuestro prójimo.
El Señor está presuponiendo más bien que nos amamos a nosotros mismos (aún el que se suicida lo hace porque piensa que estará mejor muerto que vivo), y ahora nos dice: “Con esa misma dedicación, con ese mismo fervor, ama a tu prójimo”. En la Escritura se habla del amor propio como una obra de la carne, no como una virtud. En 2Tim. 3:1-5 Pablo advierte a Timoteo “que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos”. Por eso el llamado de Cristo a los hombres es a negarse a sí mismos y a tomar su cruz. Cualquier mensaje que enseñe lo contrario no puede ser verdadero, ni mucho menos provechoso. La desgracia de los seres humanos radica precisamente en el hecho de estimarse demasiado a sí mismos y de mirar continuamente dentro de sí mismos. El hombre sin Cristo ha puesto el “yo” en un lugar inapropiado, y por eso su vida es un caos. Cuando el evangelio llega a nosotros, y nos mueve eficazmente a confiar en Cristo, entonces las cosas caen en el lugar que les corresponde. Nuestro interés primordial no debería ser agradar al “yo” y satisfacer sus demandas, sino más bien vivir para la gloria de Dios.
Como podemos ver, la psicología estudia los problemas del hombre desde una perspectiva completamente distinta a la perspectiva bíblica, y por lo tanto no puede haber una relación satisfactoria entre ambas; una de las dos tendrá que ceder ante la otra. Y tenemos mucha razón para pensar que es la Iglesia la que está claudicando ante el humanismo secular.
Concluyo este punto citando al Dr. MacArthur otra vez: “La ‘psicología cristiana’ es un intento de armonizar dos sistemas de pensamiento intrínsecamente contradictorios. La psicología moderna y la Biblia no pueden mezclarse sin un serio compromiso o un completo abandono del principio de la suficiencia de las Escrituras” (Una Breve Mirada a la Consejería Bíblica; pg. 30). La tercera presuposición errónea que ha volcado a muchos a buscar ayuda en la psicología es que existen problemas en el hombre que no son físicos, y por lo tanto, no pueden ser tratados por un médico, ni tampoco son espirituales, y por lo tanto, no puede tratarlos un pastor. Son problemas netamente psicológicos o mentales.
Pero esto no es más que un mito. O nuestros problemas son orgánicos, y en ese caso debemos buscar la ayuda de un médico, o tenemos un problema espiritual, y entonces debemos ir a un pastor que trate con nosotros con la Palabra de Dios (por la estrecha interacción del alma y el cuerpo en algunos casos necesitará del trabajo conjunto del médico y el pastor). Una persona puede tener un problema en el cerebro que le esté ocasionando una conducta extraña o anormal, como la arteriosclerosis, o el Alzheimer; pero tales personas no están mentalmente enfermas. Su problema es biológico y, por lo tanto, debe tratarlos un neurólogo no un psicólogo. Las enfermedades mentales, si usamos ese término literalmente y no en un sentido metafórico, en realidad no existen, como veremos más ampliamente en otros artículos. El psiquiatra investigador E. Fuller Torrey dice con respecto a esta terminología: “El término en sí es disparatado, un error semántico. Las dos palabras no pueden ir juntas” (cit. por Martin y Deidre Bobgan; pg. 179).
Y el psiquiatra Thomas Szasz, a quien citamos anteriormente, dice: “Es costumbre definir la psiquiatría como una especialidad médica que tiene que ver con el estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales. Esta es una definición sin valor, y engañosa. La enfermedad mental es un mito” (Ibid; pg. 181-182).
Esto no es un asunto de semántica meramente, sino un serio error que está causando no pocos inconvenientes en la iglesia de Cristo de nuestra generación. La psicología ha invadido un terreno que no le corresponde, y muchos pastores mansamente han claudicado ante ella.
Cito aquí a Martin y Deidre Bobgan en su obra “Psico – Herejía; la Seducción Sicológica de la Cristiandad”: “La mayor tragedia que produce el nombre erróneo de la enfermedad mental, es que las personas que están experimentando problemas de la vida buscan ayuda fuera de la iglesia. Y cuando piden esa ayuda a un líder de la iglesia, por lo general son (remitidas) a profesionales que se especializan en ‘enfermedad mental’ y ‘salud mental’. Se ha hecho tan fácil enviar a una persona con problemas matrimoniales o de familia a un profesional de la salud mental, como enviar a una persona con una pierna quebrada a un médico”. Y luego continúan diciendo: “Los problemas de la vida son problemas espirituales, que requieren soluciones espirituales, no problemas psicológicos que requieren soluciones psicológicas. A la iglesia se le ha embaucado para que crea que los problemas de la vida son problemas del cerebro, que requieren soluciones científicas, más que problemas de la mente que requieren soluciones bíblicas… Mientras llamemos ‘enfermedad mental’ a los problemas de la vida, seguiremos sustituyendo la responsabilidad por la terapia” (pg. 185-186).
Nosotros tenemos en la Biblia un manual completo de todo lo que nuestras almas necesitan para una vida bienaventurada que glorifique a Dios. Los médicos deben tratar con los problemas del cuerpo, los cristianos debemos tratar con Cristo y Su Palabra los problemas del alma humana. Decir lo contrario es resucitar la vieja herejía que Pablo combatió en Colosas, que aunque ahora use terminología científica, sigue siendo igualmente errónea y dañina; los falsos maestros de Colosas querían convencer a estos hermanos de que era bueno tener a Cristo y Su Palabra, pero no suficiente; de ahí la advertencia de Pablo en el capítulo 2 de la carta con las que ahora concluyo: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad” (Col. 2:8-10).

jueves, 7 de julio de 2011

LOBOS CUIDANDO OVEJAS



Por Joel Hernández
¡Mami, mami en la tele está el pastor que se llevó las escrituras de la casa…!
¡Mamá en la radio está predicando mi papá con su nueva esposa…!
La escena es teatral… el predicador frente a las cámaras saca de su traje un fino pañuelo y se lo lleva al rostro (aun no tiene lagrimas pero sabe que vienen en camino) luego aprieta sus párpado y dos pequeñas lagrimas salen obligadas por el momento y el camarógrafo experto hace un acercamiento… Esas mismas lágrimas aceleraron que la hermanita Tencha se decidiera a entregar las escrituras de su modesta casa para “el reino” y otros hermanitos fieles los documentos de sus carros, sus ahorros de vejez etc. Pero también esa ternura convenció a la joven más hermosa de la iglesia a entrar en amores con El; pues se convenció que ella era la elegida para este nuevo tiempo, porque la esposa del siervo no era tan talentosa, le faltaba universidad, no era profética y además por estar cuidando seis niños había descuidado su figura y las libras de mas no son adecuadas para la tele (las cámaras engordan)…
Parece una historia ficticia de un perseguidor del evangelio verdad! Sin embargo; día a día, la gente se acerca para denunciar los destrozos que provocan en el cuerpo de Cristo esta nueva generación de seudo ministros sin escrúpulos que se han valido del evangelio para satisfacer sus más bajos instintos…Y lastimosamente sus malas actuaciones se llevan de encuentro la imagen de todos… es muy común oír decir a alguien con enojo: ¡los pastores son unos sinvergüenzas!, y los centenares de ministros de Dios que sí tienen una vestidura de integridad, maridos de una sola mujer, que aman a Dios y viven para El; tienen que sufrir el menosprecio y el rechazo de la sociedad que generaliza las sucias actuaciones de sus colegas.
Las percepciones se convierten en leyes. La gente dice: los abogados son tramposos debido a que hay muchos abogados, no todos, que lo son… los militares son mujeriegos etc. La Biblia nos da una importante lección que muchas veces se nos pasa por alto, cuando menciona en Efesios 6:14: Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad. Es vital destacar que inicia la descripción de cada una de las piezas de la armadura con LA VERDAD. Antiguamente los lomos eran ceñidos con el cinto, faja o cinturón; éste era el elemento que sostenía todos los demás ropajes; dicho de forma sencilla; si alguien perdía su cinturón, se quedaba desnudo, exponiendo sus vergüenzas ¡que extraordinario! Esto nos muestra que ningún cristiano, ministro o pastor puede dejar de lado la verdad o la integridad porque si no; en cualquier instante quedará expuesto, desnudo, avergonzado y señaladas sus vergonzosas actuaciones delante del pueblo.
Es increíble como un pastor o líder puede predicar domingo a domingo en un púlpito y luego en la semana reunirse secretamente con su secretaria o con la líder joven y bonita para desatar su aventura pasional ¿Qué pasará por su mente? ¿En donde ha quedado el temor reverente a Dios?
Y no le estoy hablando de un caso que ocurrió en la década pasada; esto ocurre cotidianamente; tanto, que ahora, al hablar con un amigo y especialmente si no es cristiano y de repente aparece en la tele o la radio un ministro de Dios y el amigo hace una pausa y dice… ¿lo conoces? Y luego dice: El trabajó conmigo en la empresa, o, yo le hice un proyecto… En ese momento, por reflejo, mi estómago se contrae, pues estoy acostumbrado a recibir el baño de agua fría de la verdad oculta… ¡Ese señor se escapaba con la esposa del jefe de compras…! ¡Ese pastor me vendió un carro robado…! ¡Hasta el día de hoy todavía no me ha pagado 30,000 dólares de la construcción de las aulas de su iglesia, y le debe a un montón de ingenieros amigos…!
Cuando uno escucha estas cosas quisiera desaparecer de la vergüenza y con un nudo en la garganta solo puede decir: amigo no todos somos así… existen los verdaderos siervos del Señor… por eso la Biblia dice: maldito el hombre que confía en el hombre. En el caso contrario; ¡Que hermoso es oír decir! ¿conoces a ese pastor? Trabajó en la empresa de mi tío… ¡Que hombre más íntegro! ¡El era muy querido en su trabajo, siempre fue un modelo de persona! Ahhhhh cuando tu oyes eso se te llena el pecho de satisfacción y dices ¡gracias Señor por los buenos siervos, los que modelan, los que cuidan el rebaño, los que saben que las ovejas son para pastorearlas no para hacerlas barbacoa!
El cinto de la verdad debe ser exhibido permanentemente por todos aquellos que ministramos al pueblo de Dios, y las ovejas deben aprender a reconocerlo y exigirlo. Ninguna oveja está obligada a continuar bajo el mando de alguien que niega con su conducta los altos estándares de integridad expresados en la Biblia, yo no puedo ser oveja de un estafador, de un pervertido sexual, ni nada que se le parezca.
Urge alzar la voz y denunciar lo podrido que infecta el reino. No podemos quedarnos callados y dar espacio para que el evangelio sea vituperado, no podemos hacernos de la vista gorda si nuestro ministerio de jóvenes está dirigido por un (a) pervertido que se rodea de jovencitos como el lobo al que le dan las llaves de la granja de los pollitos. Oremos para que el temor de Dios vuelva a nuestro entorno, seamos celosos de la sana doctrina y los que somos llamados a dirigir al pueblo de Dios, revisemos diariamente que aun nuestro cinturón de la verdad en nuestra armadura está intacto, brillante y visible cada día en cada una de nuestras acciones…