martes, 25 de octubre de 2011

viernes, 21 de octubre de 2011


                     EL EVANGELIO SEGÚN SAN YO


Por: Freddy W. Cervantes, Siervo de JESUCRISTO.




Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. (2Corintios 4:5)


Introducción


Hoy por hoy a través de los medios de comunicación, y aún desde los púlpitos, se ve y escucha a supuestos predicadores, proclamando el título jerárquico que poseen. Por ejemplo ¿A cuántos? Escuchamos decir: “Yo soy el ungidísimo apóstol, profeta baja fuego, maestro de indoctos, doctor en divinidades, ministro de alabanza profético a las naciones, la revelación del momento, y cosas así por el estilo.” Indiscutiblemente muchos son los que hoy en día se atreven a hacer alarde de títulos que deberían ser dedicados únicamente a Dios:
Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. (Mateo 23:8-10).


Otros a diferencia de los antes mencionados, alardeando repito, se dedican a predicar su amplio historial “ministerial”, por decir los milagros que realizan, las continuas revelaciones que tienen, las actividades, el progreso y la fama de su “ministerio”, lo apretado de su agenda, la tremenda “unción” que habita en ellos, los demonios que echan fuera, la amenaza que representan aún para el mismísimo infierno, en fin las predicaciones de ahora aunque no todas pero si una gran parte de ellas, exaltan en una forma desmedida a iglesias, letreros, misiones, ministerios, concilios, hombres y no al objeto principal de esta, la persona y obra del Señor Jesucristo el cual derramó hasta la última gota de su preciosísima sangre en la cruz del calvario para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.

Esta es la razón por la que me urge compartirles tres principios indispensables que todo buen predicador debe tener en cuenta a la hora de exponer la Palabra De Dios a los creyentes o a los incrédulos.

Notemos en primer lugar lo que dijo Pablo a los corintios:

I. “Porque no nos predicamos a nosotros mismos…” (V. 5[a]).

Aquí habla de la prohibición del predicador. Como tal, Pablo se negó a predicar asimismo sus palabras y hechos, sabiendo que le estaba y está terminantemente prohibido a todo predicador hacer semejante barbarie.
Y he aquí 3 razones para no predicarse a sí mismo.

a) Primera razón: Un buen predicador o heraldo de la Palabra de Dios, no busca gloria de los hombres de este mundo, la rechaza contundentemente. “…ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros…” (1Tesalonicenses. 2:6). Muchos de estos tipejos de la predicación moderna, cuando abren su boca lo hacen con el propósito de recibir el aplauso y la alabanza de los hombres, más Jesús hablando de los que hacen tales cosas dijo estas palabras: “…les aseguro que ellos ya tienen su recompensa...” (Mateo 6:2, 5, 16).
Aquí la palabra recompensa es un término comercial y significa pagado por completo, en otras palabras si el individuo predica para que los hombres lo vean, lo verán y ya, eso fue todo, no recibirá nada más, ya se le pagó en total. Uno de los atributos morales de Dios es la justicia, por medio de la cual el premia o castiga al hombre según sea su obra.
Por eso: “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.”(Mateo 6:1).
No es el acto de predicar lo que Dios condena, entiéndase bien, sino el motivo por el que se predica. Y si nuestra motivación es la notoriedad (ser vistos por los hombres), entonces esta será la única recompensa que recibamos, Dios no recompensará jamás la hipocresía.

b) Segunda razón: Un buen predicador no predica su propio evangelio.
“Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina.” (1Timoteo 1:3).

A pesar de la seriedad con que se hizo esta prohibición, la predicación de otro evangelio en los medios cristianos es evidente, y esto entre los hombres de Dios, es causa de asombro. Pablo con relación a este hecho lamentable, con celo de Dios, pudo decir: ¡Estoy maravillado! Del mismo modo, nosotros que contendemos ardientemente por la fe que una vez nos fue dada, nos maravillamos. Nos maravillamos al ver lo que está sucediendo últimamente en el seno eclesial, nos maravillamos al ver a predicadores como Cash Luna haciendo declaraciones tan aberrantes, nos maravillamos al ver a Guillermo Maldonado autoproclamándose “maestro” de los gentiles, nos maravillamos al oír a un falso profeta como Rony Chaves nombrándose “apóstol” de apóstoles, nos maravillamos al oír a Cesar Castellano, Ana Méndez, Adrián Amado y a una sarta de lobos rapaces vestidos de ovejas, presentándose a sus víctimas como “escogidos de Dios” para provocar según ellos un “avivamiento” que sacudirá tremendamente a las naciones del mundo entero.
Para aquellos “…que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y el mal [Cristianos maduros en la fe].” (Hebreos 5:14). Les pregunto ¿No les sabe esto a otro evangelio? Efectivamente EL “EVANGELIO” SEGÚN SAN “YO”, el evangelio que está de moda en muchos púlpitos llamados cristianos, ya no es el evangelio según san Mateo, Marcos, Lucas y Juan los cuales relatan las obras portentosas de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, ahora es el evangelio que habla únicamente de las obras del predicador, el evangelio egocéntrico, el evangelio que no toma en cuenta a Dios sino al hombre, el evangelio que niega abiertamente a Dios el único soberano y a nuestro Señor Jesucristo. Esa es la clase de evangelio que nos están predicando en esos famosos congresillos “apostólicos” y “proféticos” estos que dicen representar a Dios, un evangelio paupérrimo, un evangelio mísero que en nada absolutamente en nada aprovecha a los creyentes, peor a los incrédulos. Al contrario los conduce más y más a la impiedad y en el peor de los casos hasta el mismísimo infierno.
Para vergüenza del cristianismo primitivo la iglesia del Señor está plagada de falsos predicadores y por consiguiente de falsas predicaciones, y esto es así porque se ha corrompido el sentido puro y sano de la predicación (Gálatas 1:7), la cual no es otra cosa que dar un mensaje de parte de Dios. Dios emite el mensaje, el hombre recepta dicho mensaje. El predicador por decirlo así es un mensajero con la tarea de dar a otros el mensaje que Dios le ha dado; pero cuando este hace a un lado a Dios, y se predica a sí mismo, hablando de sus hechos y experiencias a expensas de los dichos y hechos de Dios, corre el grave peligro de predicar su propio evangelio. Y toda predicación carente de Dios, es decir que no provenga de él, es simplemente ¡Voz de hombre y no de Dios! (Hechos 12:22).

c) Tercera razón: Un buen predicador no acarrea, evita la maldición divina:
“Más si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.”(Gálatas 1:8-9).
Ay del predicador que se atreva a predicar “otro” evangelio, distinto al único y verdadero evangelio predicado por Cristo y sus apóstoles, más le valdría no haber nacido. Porque de cierto os digo, que el tal, caerá, ineludiblemente bajo la maldición divina, su atrevimiento no quedará en la impunidad, Dios lo castigará con la dureza que el caso merece: “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.” (Apocalipsis 22:18-19).
“No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella…” (Deuteronomio 4:2).
“No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, Y seas hallado mentiroso.” (Proverbios 30:6).

Predicadores, si en algo valoramos nuestras almas, prestemos atención al castigo, y a quien lo establece.

Hasta aquí hemos hablado solamente de la prohibición del predicador, veamos ahora el tema central del predicador; leamos por favor la segunda parte del texto en consideración.

II. “…sino a Jesucristo como Señor,…” (V. 5[b]).

Si echamos un vistazo al perfil biográfico de Pablo, descubriremos que este hombre en verdad tenía de que gloriarse, notemos por un momento lo que era antes de su conversión:

“Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más:
circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.”(Filipenses 3:4-6).

Ahora veamos lo que fue después de su conversión:

Echaba fuera demonios (Hechos 16:18).
Dios obraba milagros extraordinarios por su mano (Hechos 19:11-12).
Fue mordido por una víbora venenosa y salió ileso (Hechos 28:3-5).
Recibió grandiosas revelaciones. (2 Corintios 12:1-2,4,7).
Fue constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. (2Timoteo 1:11).
Escribió 14 de las epístolas que hoy constituyen gran parte del NT.
Pablo era sin lugar a dudas (un instrumento poderosísimamente usado en las manos de Dios), pero jamás de los jamases se les subieron los humos a la cabeza, como se les sube a muchos, cuando hacen esto o aquello.
Yo sé y estoy seguro que si alguno de estos “superapóstoles” hubiese estado en el lugar de Pablo; hace mucho que hubiese dado a conocer a los medios televisivos, el potencial que hay en ellos, la facilidad que tienen para hablar, y demás fanfarronadas como estas.

“Sin embargo si quisiera gloriarme, {hablando Pablo} no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí.”(2Corintios 12:6).

He aquí un modelo de predicador, cuyo tema central en la predicación no era su propio “yo” sino Jesucristo:

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.” (Gálatas 2:20).
“…pero nosotros predicamos a Cristo crucificado…” (1Corintios 1:23).
“Porque me propuse no saber nada entre vosotros, sino a Jesucristo, y a él crucificado.”(1Corintios 2:3).
“Por tanto, os ruego que me imitéis.”(1Corintios 4:16).

No basta con ser predicadores, cualquiera, hasta el diablo y sus demonios lo son(2Corintios 11:14-15). Hemos de seguir el buen ejemplo que nos dio Pablo, a mi juicio uno de los más grandes predicadores que ha tenido el evangelio.
Que diferente a los mequetrefes que hoy se dicen ser “predicadores del evangelio” ¿Dé qué evangelio? es la pregunta, porque del evangelio bíblico y ortodoxo no quieren saber nada, al contrario de sus bocas solo escuchamos “el evangelio según san yo”.
Pero hoy les digo a todos esos predicadores exhibicionistas, ¡Basta ya!, ¡Basta ya! De predicaciones propagandistas, ¡Basta ya! De proselitismo religioso ¡Basta ya! Me escuchan predicadores ¡Basta ya! Los oyentes necesitan más que meras palabrerías con el nombre de evangelio, la mujer de mal vivir, el borracho, el idólatra y aún la misma iglesia del Señor necesitan desesperadamente que le prediquen a Jesucristo (Juan 6:68; 15:5; Hechos 4:12), este es el nombre sobre todo nombre (Filipenses 2:9), y eso implica que está por encima de cualquier hombre, sin importar cuantos milagros realice, ni los muertos que resucite, Jesucristo estuvo, está y estará sobre, no bajo, sobre todo nombre que se nombra, en los cielos, en la tierra y debajo de ella (Efesios 1:21-22). Por lo tanto, quien en todo lo que se diga o haga, debe tener la preeminencia, no es el predicador sino Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis 17:14; 19:16), y porque no decir Apóstol de apóstoles (Hebreos 3:1), Profeta de profetas(Hechos 3:22), Evangelista de evangelistas (Mateo 4:23), Pastor de pastores(Hebreos 13:20; 1Pedro 5:4), y Maestro de maestros (Mateo 23:8; Juan 1:38).Perdonen la euforia pero estoy predicando a Jesús. Solamente él salva, sana, perdona, liberta y viene pronto. Fuera de él los demás son puro cuento.

Myer Pearlman, un teólogo que dedicó gran parte de su vida a la enseñanza, una vez dijo:

“Cristo ha hecho posible la salvación proporcionándola; la iglesia debe hacerla una realidad proclamándola.”

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”(Marcos 16:15-16).

Desde luego que no se trata de «un» evangelio sino «del» evangelio. Es de vital importancia saber distinguir entre «un» evangelio y «el» evangelio. En cuanto a lo primero han surgido muchos “evangelios”, entre ellos “el evangelio” según san yo”(2Corintios11:4; Gálatas 1:6,8-9; 1Timoteo 1:3; 6:3), en cambio «el» evangelio es uno (Gálatas 1:7), y se diferencia de los otros. Primero, porque se basa en la autoridad y veracidad de las Escrituras (Romanos 1:1-2), segundo, porque son buenas nuevas, las buenas nuevas de que Dios ha provisto gratuita salvación a los pecadores no salvos por medio de su Hijo Jesucristo.
El tema central del único y verdadero evangelio, ha sido, es y será Jesucristo, Señor y Salvador nuestro, y no solamente nuestro sino de todo aquel que en él cree.
Finalmente quiero hablarles de la presentación del predicador.
Leamos lo que dijo Pablo en la última parte del versículo 5 del capítulo 2 de segunda a los Corintios.

III. “…y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús....” (V. 5[c]).

Nótese que Pablo aunque era un gran apóstol (Ro. 1 :1,4-5; 1 Corintios 1:1; 2 Corintios 2:1; Gálatas 1:1; Efesios 1:1; Colosenses 1:1; 1 y 2 Timoteo 1:1; Tito 1:1), en está ocasión, no dijo que lo era, ciertamente hubo ocasiones en que se vio obligado a vindicar su apostolado, pero lo hizo porque algunos falsos maestros lo cuestionaban duramente (1 Corintios 9:1-2; 2 Corintios 12:12; Gálatas 1:1). Por otra parte, Pablo señaló su apostolado no con orgullo personal, ni como teniendo señorío sobre los que estaban a su cuidado (1 Pedro 5:3; 2 Corintios 11:28), sino con humildad y sencillez de corazón, ya que el Señor mismo lo apartó, llamó y capacitó para llevar a cabo este noble oficio (Hechos 9:15; 26:15-18; Romanos 1:1). Por último, escuchemos lo que Pablo dijo de sí mismo: “yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol...” (1Corintios 15:9-10).
Volviendo al punto de partida, Pablo siendo un apóstol legítimo no tomó en cuenta lo que era, humildemente se presentó como siervo (esclavo) a más de Jesucristo, de sus hermanos por amor de Jesús.
Y esto concuerda precisamente con la enseñanza que Jesús les dio a sus discípulos acerca del servicio a otros.

“Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mateo 20:25-28).

Parecer ser que los discípulos tenían un punto de vista bastante distorsionado acerca de la grandeza en el reino de Jesucristo. Ellos pensaban en la grandeza en términos de gobierno y dominio. Es similar lo que sucede en la iglesia en el día de hoy, aquellos que se dicen ser “predicadores del evangelio”, pero, que de predicadores no tienen sino solo el nombre, llevados por una megalomanía voraz e insaciable, ambicionan poder, prestigio, admiración, el uno se cree más que el otro, más importante, más excelso, más usado. Basta solo dar oídos a las sandeces que predican:
Eliseo fue el profeta de la doble, Yo, yo el varón de la “triple unción del espíritu”, eso no es nada, dice otro, mi “fe”, mi “fe”, es capaz de obrar cualquier cosa que se me antoje, cuando quiera, como quiera, y donde quiera ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de mis “dones”, de mis “talentos”, de mis “experiencias”, del “poder” que tengo para decretar, etc., etc.….

Todo el mundo quiere ser “Grande”, “Cabeza no cola”, “Lucirse”, “Hacer gala de sus credenciales eclesiásticas”, nadie quiere quedarse atrás. ¡Dios mío hasta donde hemos llegado!

Esto es el colmo de los colmos. Hemos hecho del cristianismo una competencia atlética donde el que llega primero, se lleva el premio. Ejemplo de ello es la llamada Misión Carismática Internacional del G-12 “Lo último en revelación divina”. ¿Qué significa G-12? Sencillo “Gobierno de Doce” o “Gobierno de los Doce”. Sus mismas palabras “Gobierno de los Doce”, atestiguan contra ellos (Mateo 12:34; 2Timoteo 3:9), la meta es obvia llegar a ejercer “poder” y “autoridad”, sobre todo y en todos. Este espíritu dominionista es contrario a las palabras de Nuestro Señor Jesús cuando dijo: “Mas entre vosotros no será así, no será así…” notemos que no es un permiso para “dominar” o “conquistar” aquí hay una prohibición, una negativa de por medio; pero, los predicadores del “evangelio yoista” (Cash Luna, Guillermo Maldonado, Cesar Castellano y compañía ya que son innúmeros), lejos de importarles lo prohibido por Jesús, miden la grandeza por los altos logros que alcanzan. Sin embargo, en el reino de Cristo, la verdadera grandeza radica en el servicio. De manera entonces, que si alguno de nosotros anhela ser grande, ha de ponerse primeramente al servicio de los demás. El que ocupa una posición privilegiada en el cuerpo de Cristo que es la iglesia, ya sea pastor-maestro, ya sea evangelista, ya sea cantor, ya sea lo que sea, no se crea capataz, bájese de esa nube y comience a servir a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. Tal como lo hizo Jesús quien no vino a este mundo para que le sirvan sino para servir (Juan 13:1-17; Filipenses 2:5-8).
De ahí que Jesús sea el ejemplo magistral del servicio humilde.

“Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.”(Juan 13:15).

Nosotros llamamos a Jesús Señor y Maestro; y decimos bien, porque lo es. Y si él, siendo Señor y Maestro tuvo que servir a sus discípulos (hombres rústicos, comunes y corrientes, muchos de ellos pescadores iletrados), ¿Quiénes nos creemos que somos para no servirnos los unos a los otros? A los ojos Dios “Todos los habitantes de la tierra (incluyendo nosotros) son considerados como nada…” (Daniel 4:35), “Pero por la gracia de Dios somos lo que somos…”(1Corintios 15:10)“…linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios…” (1Pedro 2:9), “… a fin de que nadie se jacte en su presencia.”(1Corintios 1:29).

Por eso, cada vez que tengamos delirios de grandeza, acordémonos de estas palabras:
“De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.”(Juan 13:16).

En relación a este versículo William MacDonald comenta:

“Todo aquel que es enviado (cada discípulo) no debería considerarse demasiado alto para hacer nada que Aquel que le envió (el Señor Jesús) haya hecho.”

“Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.” (Juan 13:17).

Amados consiervos en cuanto dependa de nosotros, independientemente de lo que seamos, la posición que ocupemos, estimemos cada uno a los demás como superiores a nosotros mismos. Tendámosle la mano al caído, las veces que sea necesario, suplamos las necesidades físicas, emocionales y espirituales de las personas, hagámonos que nuestras vidas al igual que la de aquellos grandes hombres de Dios en el pasado, se caractericen por servir humildemente a otros.
Porque alguien dijo y con muchísima razón “Quien no vive para servir, no sirve para vivir.” = Es un bueno para nada, alguien inservible y lo inservible se arroja al basurero.

En Conclusión:

Los predicadores del “evangelio” según san “yo” dicen:

Guillermo Maldonado: “Dios nos ha llamado a nosotros, los apóstoles, para que traigamos toda esta reforma a cabo, implantándola dentro de la Iglesia; la reforma es poderosa porque trae el Avivamiento; la reforma es lo que trae el orden en las cosas... para poder estar en el filo cortante de lo que Dios está haciendo hoy, tenemos que pegarnos a los apóstoles, porque los apóstoles tienen el acceso a la abundante revelación del Espíritu de Dios. Los apóstoles son los edificadores del reino, son los que tienen el diseño del discípulo, alabanza, adoración y evangelismo. Los apóstoles reciben abundante revelación de Dios, es decir cosas que están en la Biblia pero por causa de las tradiciones nuestras no las vemos entonces Dios toma esas verdades y se las revela al apóstol para que las de a conocer al pueblo.”

Cash Luna: Se atreve a decir:
“Que las personas no pueden acercarse a él a 4 metros porque la unción es tan poderosa que no aguantarían.”

Rony Chaves: Dice lo siguiente en su web (www.ronychaves.org):
“El gobierno satánico sobre los pueblos se basa en principios babilónicos. Es un gobierno anti-Dios de oposición a la Palabra del Señor y a los diseños divinos. Es un gobierno cuya plataforma es la rebelión, el control y la idolatría ocultista. La estructura babilónica de gobierno satánico es ilegal y usurpa derechos de los pueblos por medio del pecado. En la medida en que se debilita la Estructura Apostólica en una nación (en la Iglesia), el gobierno de las tinieblas se fortalece.
Cuando la Iglesia pierde la Autoridad Apostólica se hace vulnerable al ataque de Satanás.
Por eso es que la Estructura Apostólica debe ser levantada en las naciones para que a través de la misma, los pastores y líderes sean enseñados a orar como conviene para atar a los poderes demoníacos. La estructura falsa y usurpadora de Satán caerá al levantarse el orden apostólico. Apóstoles deben ir a las naciones para hacer discípulos, luego los profetas y después los maestros para enseñar y equipar a los intercesores.
Las estructuras religiosas impiden que surja el modelo divino (apostólico). Por eso es que lo profético de Dios es la respuesta de Dios en el Nuevo Milenio, es la respuesta divina para traer un cambio en el orden y gobierno de la Iglesia.
Lo profético y lo apostólico es la respuesta del Señor a los profetas e intercesores que ha comenzado a incomodar al diablo, a los sistemas religiosos y a las estructuras de control de autoridad (aún las evangélicas).
La Estructura Apostólica que el Espíritu Santo restaura en el Cuerpo de Cristo ha incomodado ya a la estructura pastoral y denominacional de muchos lugares, lamentablemente. En este proceso de Reforma Eclesiástica, tenemos que tener paciencia, pues al final del mismo, muchos habrán permitido al Espíritu Santo, hacer el cambio. Aleluya.
Es necesario establecer el orden apostólico para desplazar y anular el gobierno de Satán.”

En respuesta a este “evangelio” ególatra solo me queda decir:

“Predicadores de esta calaña no merecen sino el desprecio nuestro.”

Y me dirijo de esta forma para muchos tal vez ofensiva e hiriente (Juan 6:60-61),ya que:
“No existe peor predicador, que el que hace de la predicación un medio para darse propaganda”.

Dios les bendiga hoy y siempre



Fuente
:http://www.atalayadecristo.net

domingo, 16 de octubre de 2011


SUFRIENDO LA SANA DOCTRINA




De acuerdo a como estan los tiempos que vivimos creo que la mayoria de los cristianos estamos buscando respuestas dentro de los temas escatologicos. Si alguien hiciera una encuesta de cuales son los temas actuales mas tocados en las congregaciones cristianas estoy seguro que serian los temas escatologicos, el fin del mundo, las señales previas al regreso de Cristo, la resurreccion, el infierno, el juicio, la tribulacion, el anticristo, el rapto de la Iglesia, el milenio.

Quisiera dirigir la atencion de los lectores a un texto escatologico. Un texto que Pablo escribio al joven Timoteo como parte de una serie de consejos personales como ministro del Evangelio y tambien como parte de la seccion escatologica de la carta. Es el texto que aparece en 2 Timoteo 4:3-4.

“Porque vendrá tiempo cuando ni sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de oir, se amotonarán maestros conforme á sus concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán á las fábulas.”

Haciendo un pequeño estudio inductivo al texto, para asi tener una exegesis clara de lo que Pablo nos queria decir, vamos a hacerle algunas preguntas al texto:


1.- ¿Cual tiempo señala Pablo? Es un tiempo que el ve en el futuro. El Espiritu Santo a traves del escritor biblico señala el tiempo hacia el futuro, y condicionado con el contexto de la carta, apunta a los “postreros dias”. Los dias previos al regreso de Cristo.


2.- ¿Quienes no sufriran la sana doctrina? Es una caracteristica de las personas de esos “postreros dias”. Es algo que se va a notar en una gran mayoria de personas.


3.- ¿Quienes tendran “comezon de oir”? Las mismas personas que no sufriran la sana doctrina.


4.- ¿Que significa la frase “comezon de oir”? Es como decir “picazon en las orejas”, una manera de decir que las personas buscaran escuchar cosas que le provoquen sensaciones agradables, que halaguen su ego. Un deleite en palabras, nada negativo, todo muy positivo……..no importa si es biblico, con ser positivo ya esta bien. Palabras como “pecado”, “arrepentimiento”, “culpa”, “castigo” “consecuencias”, “juicio”, “condenacion”, “disciplina” nunca seran usadas en este entretenimiento sonoro que buscaran las personas. Esas personas seran cautivadas por el oido.


5.- ¿Quienes amontonaran maestros? Ese mismo tipo de persona buscara los predicadores, maestros, y conferencistas que cumplan con las caracteristicas que ellos estan buscando. El deseo de las gentes por “oir” cosas lindas dara como resultado que se “amontonen” maestros que hablen “cosas lindas” . No importa su preparacion, ni que domine las Escrituras, o si dice cosas que no estan en la Palabra, si habla bonito, con gracia, y dice cosas que le guste escuchar a esas personas, es un maestro. Esta conducta en las personas no es nueva, ya sucedio en el antiguo Israel hace cientos de año y el profeta Isaias lo denuncio,… leamoslo AQUI. Eso es lo que Pablo esta diciendo sucedera de nuevo en “los postreros dias” ¿Estaremos ya en ese tiempo que habla Pablo? ¿Que tipo de maestro, o predicador abunda hoy? ¿El que dice cosas agradables que la gente quiere oir? ¿El que contamina la sana doctrina y se aparta de la verdad para complacer a sus oyentes?


6.- ¿Cual sera la agenda de esos maestros?
 Esos predicadores, y maestros tendran su agenda llena de temas que sean conforme a las “concupiscencias”, las codicias, los placeres, los deseos de sus oyentes. Positivismo, adular el ego del hombre, cosas que den mucha risa pero que en el fondo no dejan ningun mensaje, feminismo, liberalismo, relativismo. Esos maestros diran cosas que la gente quiere oir y asi seran llamados como “grandes predicadores”. Sobre todo enfatizar mucho en la libertad del hombre, mejor dicho, en el libertinaje del hombre: “piensa lo que quieras,… cree lo que quieras,.. no te dejes imponer ninguna enseñanza que no desees,… la verdad es relativa,… nadie tiene la verdad,… si tu crees que es verdad, pues lo es para ti,….tienes que quererte a ti mismo,…..tu eres lo mas grande del mundo,….no importa lo que digan, si a ti te satisface, es bueno para ti,……


7.- ¿Usaran esos maestros la Biblia para apoyar sus enseñanzas? Claro, de eso se trata. La Biblia estara en su mano, pero cerrada. Hablaran muchas cosas, lo que la gente quiere oir, y cada cierto tiempo levantaran la Biblia en alto y diran….”eso lo dice aqui en la Biblia….”. Levantaran la Biblia en alto,….pero cerrada. No confio en predicadores y maestros que me dicen sus enseñanzas estan en la Biblia pero no la abren. Yo quiero que me leas la parte de la Biblia que apoya tu enseñanza.


8.- ¿Quienes apartaran de la verdad el oido?
 El mismo tipo de persona que hemos venido describiendo. Si estan poniendo el “oido” hacia lo que les gusta escuchar de parte de los maestros que ellos mismos buscaran, es claro que no pueden tener el oido hacia la verdad. Este tipo de persona no querra oir la verdad, sino solo entretenimiento de los sentidos.


9.- ¿Que quiere decir volverse a las “fabulas”? La palabra griega es muthos, de donde viene la palabra castellana mito. “Fabulas” es todo tipo de cosa fictisia, irreal, imaginaria. Lo que quiere decir el texto es que las personas de los “postreros tiempos” preferiran la ficcion a la verdad. Horoscopos, astrologia, cartomancia, lectura de la mano, adivinaciones, profecias modernas, …”El Codigo DaVinci” es tomado como algo veridico, como la nueva biblia del hombre de hoy, Jesus tuvo relaciones con Maria Magdalena, tuvo un hijo que dio origen a la estirpe de los Merovingios,…..el libro de Genesis seria una alegoria, no es realidad,….Adan y Eva no existieron de verdad solo es un simbolo,….el Diluvio no fue un hecho real, y Noe no fue un personaje real, solo fue escrito para tratar de explicar la conservacion del genero humano,…el nacimiento virginal de Cristo no es real,…..la muerte de Cristo en la cruz no fue exactamente una “muerte”,……..etc…..etc…..etc…..en fin, cualquier cosa, menos la verdad.


10.- ¿Que quiere decir “no sufriran la sana doctrina”?
 ¿Por que usa “sufriran”?La palabra “sufriran” en griego (anecomai) es un verbo que esta en Voz Media. Los verbos en griego tienen tres tipos de “voz”, la voz activa, la pasiva y la media, la Voz Media es unica del idioma griego. Para no entrar en una explicacion extensa e incomprensible, mejor lo ponemos en ejemplos:


VOZ ACTIVA: Juan golpea la pelota. El sujeto es quien realiza la accion del verbo.


VOZ PASIVA: Juan fue golpeado por la pelota. El sujeto se convierte en el objeto de la accion del verbo.


VOZ MEDIA: Juan golpea con la pelota. El sujeto participa de los resultados de la accion del verbo.


¿Por que es necesario entender la voz en la cual esta escrito el verbo “sufriran” ? Porque las personas de los “postreros tiempos” NO ESTARAN DISPUESTOS A PARTICIPAR DE LOS RESULTADOS O CONSECUENCIAS DE LA SANA DOCTRINA. EL SEGUIR LA SANA DOCTRINA LLEVARA IMPLICITO SER CRITICADOS, SEÑALADOS, ACUSADOS, DISCRIMINADOS, JUZGADOS, Y HASTA MORIR POR LA SANA DOCTRINA. PREFERIRAN LO QUE LES GUSTE Y ENTRETENGA SUS SENTIDOS, Y DEJARAN A UN LADO LA SANA DOCTRINA……PORQUE LA SANA DOCTRINA, TIENE COSAS QUE NO LE GUSTA ESCUCHAR AL HOMBRE.


11.- ¿Cual es la “sana doctrina”?
 Esta frase se usa en el N.T tres veces. Su uso implica que hay doctrina que no es sana, que no es saludable para el creyente. Toda la doctrina biblica es sana. La sana doctrina es teocentrica, es la que busca siempre la gloria de Dios, es la que tiene conceptos biblicos claros sobre el pecado en el hombre, la salvacion, la trinidad divina, la expiacion del Hijo, la obra del Espiritu Santo, la Iglesia, la Biblia. Hay doctrinas que se hacen pasar por “cristianas” y no son sana doctrina, porque son homocentricas (ponen al hombre en el centro), no tienen un concepto claro del pecado en el hombre al decir que el hombre es pecador, pero aun asi tiene cosas “buenas” y el puede asi mismo buscar a Dios; cuestionan la Biblia diciendo que hay partes de la Biblia que no son palabra inspirada por Dios, cuestionan la veracidad del Genesis, la existencia de Adan y Eva, el nacimiento virginal de Cristo;….todo eso no es sana doctrina, porque poco a poco va carcomiendo el alma de los hombres haciendo que al final Dios no sea completamente glorificado, y que el error ocupe el lugar de la verdad.


Algunas de las cosas que puedes sufrir por estar en la sana doctrina es que te digan: “eres demasiado biblico”, “…para todo la Biblia…”, “…esas son cosas anticuadas, vivimos tiempos modernos, actualizate que te quedas atras…”, “…deja descansar la Biblia un rato, por favor…”, “…¿sigues creyendo que todas las historias de la Biblia son literalmente ciertas? “….me parece que la Biblia no se escribio para que fuera una constitucion ni nada por el estilo…” “…perdoname que te lo diga, pero estas hecho un fanatico de la Biblia…” Estas expresiones molestan, y se pueden soportar, pero llegara el momento al decir que sigues la Palabra de Dios, y que adoras solo a Jesucristo sera como firmar la sentencia de muerte. Llegara el momento que de solo escuchar el nombre “JESUCRISTO” en tu boca, te hara blanco de todo tipo de desprecio, burla y marginacion. Y sera en esos momentos en que habra que escoger entre sufrir la sana doctrina, o seguir a la mayoria que tendra “comezon de oir”.


Cristo nos llamo no solo a creer y predicar la sana doctrina, sino tambien a padecer por ella. (Filipenses 1:29). O sea, el sujeto participando de la accion del verbo,…voz media.


Como ya he preguntado bastante, creo que una pregunta mas no sera molestia para los lectores, …¿verdad?…entonces, ¿estarias dispuesto(a) a sufrir la sana doctrina?


Piensa tu respuesta en Voz Media, o sea, QUE EL SUJETO PARTICIPE DE LOS RESULTADOS DE LA ACCION DEL VERBO.




Fuente:http://reflexionesevangelismo.blogspot.com

miércoles, 12 de octubre de 2011


LEGALISMO

Lo que Es y lo que No Es

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LEGALISMO

LO QUE ES

El término “legalismo” o “legalista” no se encuentra en la Biblia, pero el serio error del legalismo es tratado, especialmente por el Apóstol Pablo, quien se gloriaba siempre y sin cesar en la cruz y que era un paladín de la gracia de Dios (Gálatas 6:14; 1:6). Quizás la mejor manera de ver lo que Pablo tenía que decir sobre cómo la carne hace un mal uso de la ley, es leyendo con cuidado la epístola a los Gálatas.

Legalismo y Justificación

Es un nocivo error del legalismo enseñar que la justificación o salvación se obtiene por las obras de la ley. Los legalistas de Judea lo decían de la siguiente manera, “A menos que sean circuncidados según el rito de Moisés, no pueden ser salvos” (Hechos 15:1). Pablo confrontó claramente este error en Gálatas 2:16—“Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.”

La ley nos puede mostrar lo injustos que somos (Romanos 3:20b) y así nos muestra nuestra necesidad de justificación, pero la ley nunca puede justificar: “Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de ÉL” (Romanos 3:20). “Pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo” (Gálatas 2:21).

Legalismo y Santificación

La ley no puede justificar y tampoco puede santificar. La ley nos puede mostrar que somos impíos, pero no puede hacernos santos. La clave para vivir la vida cristiana no se encuentra en el Monte Sinaí, sino en el Monte Calvario (Romanos 6; Gálatas 2:20).

Pablo argumentaba fervorosamente que la vida cristiana tenía que continuar en base a la fe, no en una base legal: “Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?” (Gálatas 3:2-3). ¡La vida cristiana debe continuar tal como comenzó! “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en ÉL” (Colosenses 2:6).

La santidad no viene por tratar de guardar la ley en la energía de la carne. C.H. Mackintosh definió la legalidad como “la carne tratando de cumplir los preceptos de Dios.”  ¿Cuán exitosa es la carne? “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien, porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo” (Romanos 7:18 y ver el versículo 24).


El Creyente y la Ley

Hay que tener en mente dos factores claves. Primero, el creyente no está bajo la ley (Romanos 6:14). De hecho, el creyente ha muerto a la ley para que pueda vivir para Dios (Gálatas 2:19; y ver Romanos 7:1-6). No está bajo el régimen de la ley, sino está bajo el régimen de la nueva criatura (Gálatas 6:15).

Segundo, el creyente no está sin ley (Romanos 6:1-2). Hemos muerto a la ley para poder ser unidos a Cristo y por medio de esta relación llevamos fruto para Dios (Romanos 7:4). La vida del verdadero creyente debería manifestar fruto y no libertinaje.

 Los legalistas que tratan de ponerse bajo la ley, no guardan la ley (Gálatas 6:13; hechos 15:10), pero aquellos creyentes que andan en el Espíritu guardan la ley por vía del fruto del Espíritu: “Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:4 y comparar con Gálatas 5:22-23).

Ver nuestro estudio titulado, ¿Cuál es la Regla de Vida del Creyente?


LEGALISMO

LO QUE NO ES

Obedecer mandamientos específicos de Dios, no es legalismo. “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:3-4).

Vivir una vida santa, apartada para el servicio del Señor, no es legalismo. “Pues la voluntad del Señor es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación…pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación” (1 Tesalonicenses 4:3, 7).

Vivir una vida apartada para Cristo y separada de las modas y usanzas del mundo, no es legalismo. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).

Conformar la vida para estar en armonía con ciertas normas decididas por líderes guiados por el Espíritu en una asamblea local de creyentes, no es legalismo. “Que os abstengáis de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien” (Hechos 15:29).

Renunciar a mis derechos personales por causa de mi hermano, no es legalismo. “Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite” (Romanos 14:21).




En la verdadera separación, los principios bíblicos son comprendidos y las normas externas son implementadas. En el legalismo, los principios bíblicos son ignorados y las normas externas son exaltadas. En el libertinaje, los principios bíblicos son olvidados y las normas exteriores son despreciadas. La tercera descripción es hacia donde parece dirigirse la mayoría de las iglesias de hoy.

Lo anterior es una paráfrasis de una declaración hecha por Douglas R. McLachlan en el libro “Reclaiming Authentic Fundamentalism.”


martes, 11 de octubre de 2011

domingo, 9 de octubre de 2011


¿Redescubriendo el reino, como dice Myles Munroe?

Índice del Tema

“Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores… a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene” (Tito 1:  10, 11)

Una de las grandes mentiras que se están esparciendo por parte de falsos maestros hoy en día, básicamente, consiste en decir que es ahora el momento en el cual los creyentes deberíamos estar reinando, conquistando y dominando en este mundo.
Myles Munroe le llama a esto vivir en el reino.
En términos teológicos, a esta herejía se le llama el “Reino Ahora”, y también “teología del dominio”, de ahí el término “dominionismo”.
Myles Munroe, muy conocido conferenciante motivador internacional, en su conferencia “Redescubriendo el reino”, hace poco impartida ante miles en la congregación de Guillermo Maldonado en Miami, estando él presente así como su esposa, estando allí también Cash Luna y su esposa y Ana Méndez y su esposo, así como otros renombrados presuntos ministros, expuso su falsa doctrina, la cual analizaremos en este estudio.
Es preciso tomarnos en serio este trabajo, ya que el grado de engaño está superando con creces cualquier consideración, y por tanto es menester atajarlo. Sirva esta refutación para ello.
(Pueden ver y escuchar enteramente esa conferencia en el link proporcionado al pie de este artículo. Todas las citas son de esa conferencia)
Comenzando, Myles Munroe en un tono poco menos que victimista, alude diciendo que este mensaje sobre el reino, él ya lo daba sin éxito en los setenta, viniendo a decir que era un incomprendido por parte de su audiencia cristiana, pero que en los ochenta y mayormente en los noventa se le empezó a hacer caso. Curiosamente coincide esto con el tiempo del auge de la apostasía que estamos viviendo, sobre todo a partir de este nuevo milenio.
Dice que los creyentes por siglos y siglos no han entendido lo que es el reino, y que ya es tiempo de “redescubrirlo”. Lamentablemente, ese “redescubrimiento” del reino que Munroe aporta, nada tiene que ver con el verdadero reino de Dios.


“Myles Monroe propone un reino que no es el Reino, pero que encaja muy bien con la ambición de los carnales”

1. El reino vs el cristianismo, según Munroe

Sigue con su disertación haciendo una apología del reino (veremos que de su entendimiento personalista del mismo), en contra de lo que él llama religión, la cual pisotea sin misericordia, llegando a decir que el cristianismo es una religión más, y por tanto es insatisfactorio. El dice así:
“Esta es la razón por la cual la religión nunca va a satisfacer, incluido el cristianismo”
Acertadamente, dice que la religión básicamente es el esfuerzo del hombre para llegar a Dios, pero astutamente, en ese mismo contexto, incluye al cristianismo; de ahí que dice que el cristianismo es como cualquier otra creencia o religión.
Según Myles Munroe, el cristianismo no es lo que vino Jesús a enseñar, sino que él vino a enseñar acerca del reino. ¡Lo que obvia Munroe, es que el cristianismo enseña acerca del reino, aunque no como él lo hace!
Además se atreve a decir que los religiosos cristianos (*) se oponen tenazmente al mensaje del reino.
(*) Para Munroe, el cristianismo convencional o bíblico, es religiosidad, y sus proponentes son religiosos, comparándolos con los fariseos del tiempo de Jesús.

2. El mensaje de la Biblia, según Munroe

En cuanto a la Biblia, Myles enseña que el mensaje de la misma se reduce a tres cosas:
  1. 1. Un Rey.
  2. 2. Un reino.
  3. 3. Sus hijos, es decir, su familia real (los creyentes).
Dice que “la Biblia trata de un rey, y su negocio, el cual es regir o reinar, y todo trata de un negocio familiar… La Biblia trata de un reino colonizando la tierra”
Según Munroe, el mensaje de la Biblia se resume en ejercer dominio en esta tierra aquí y ahora, por parte de Dios, y por parte de los suyos. Eso es todo.
No enseña acerca del mensaje evangélico, cual es, el hombre pecó y se truncó la relación con su Creador, y que mediante Cristo y su sacrificio y resurrección, el hombre, creyendo, recibe la salvación y la vida eterna (Ef. 2: 8, 9).
La palabra pecado no aparece en los labios de ese falso maestro, ya que pecado tiene que ver con “religiosidad”, y esta es contraria al concepto triunfal de “reino”, según él.
El mensaje de ese hombre, aplaudido por Maldonado, Cash Luna, Ana Méndez, y muchos más es muy sencillo, así como carnal: dominio terrenal

“La Biblia es el libro de Jesús, y Jesús es el autor de nuestra salvación; salvación eterna, y esto nada tiene que ver con “dominio terrenal”

3.El arrepentimiento, según  Munroe

Buscando el justificar su falta de espiritualidad, la cual llama religiosidad, Munroe nos habla del tema del arrepentimiento. En esta cuestión, por tanto, es tan sutil, como engañador. Enseña lo siguiente:
“La palabra arrepentimiento no significa caminar al frente en un culto religioso, traer a memoria tu pasado, llorar por ello, y sentirse mal… la palabra arrepentimiento significa cambio de forma de pensar, cambio de mentalidad. La palabra arrepentimiento significa cambiar la manera cómo has sido condicionado a pensar. La primera cosa que Jesús atacó en su ministerio fue tu mentalidad… tus conceptos e ideas y percepciones que están mal…”
Para Munroe (y todos sus correligionarios), pasar al frente confesando los pecados a Dios, sintiendo dolor por ellos, y apartándose de los mismos, no es arrepentimiento, sino simplemente un acto religioso; pero la palabra de Dios dice otra cosa:
“Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación…” (2 Corintios 7: 10)
Todo lo que este hombre entiende acerca de arrepentirse, es en cuanto a un cambio de forma de pensar, no un cambio del corazón (que es lo que la Biblia enseña).
Arrepentimiento para Myles Munroe es sólo pensar de manera diferente a como se solía pensar. Esto nada tiene que ver con valores morales, con cambio de conducta, con cambio del corazón, sino sólo con cambiar una mentalidad. No fue esa la enseñanza de Cristo.
Pero Munroe sabe por qué enseña de ese modo acerca del arrepentimiento, como un mero cambio de ideas. Para él la prioridad no es el cambio del corazón y el hacer la paz con Dios mediante Cristo, sino el creer que debe tomar las riendas de su propia vida y dominar todo lo que tenga a mano, ya que ese es su concepto del reino. Es un concepto absolutamente carnal.


“El arrepentimiento, en gr. metanoia, significa un cambio, no sólo de la mente natural, sino del corazón en la dirección de Dios por Su Espíritu. Otra cosa, no es arrepentimiento verdadero”

4. Juan y Jesús

Munroe apunta e incide hacia la cuestión de la mente y de la mentalidad como pretexto para enseñar su herejía. Dice lo siguiente, lo cual no es poco:
“Juan no predicó el bautismo, ese no fue su mensaje… Juan era el primo de Jesús, era seis meses mayor que él, y Jesús hizo de Juan su pastor, él se convirtió en un discípulo de Juan , se sometió a la filosofía de su maestro. Un discípulo se une a los pensamientos de su maestro.
En el tiempo de Jesús, había muchas escuelas donde enseñaban diferentes maestros, y esas escuelas se llamaban “escuelas del pensamiento”; así que Jesús hubiera podido ser parte de los fariseos, de los saduceos, los herodianos, los filósofos griegos, o los romanos, pero Jesús puso sus ojos sobre Juan, y le dijo, yo quiero tu filosofía, yo quiero tu enseñanza, yo creo en lo que tú piensas, ¿Cuál era su mensaje?, léelo:  Arrepentíos, porque el reino de los cielos está aquí (Mt. 3: 1) … Juan vino con un mensaje que no era religioso: arrepentíos porque el reino de los cielos ha regresado a la tierra, y Jesús dijo, ese es mi pensamiento, yo me voy a someter a eso, me voy a unir a ese maestro, esto es lo que yo creo, y se sometió a Juan y le dijo bautízame, hazme uno de tus discípulos, hazme un estudiante tuyo”. (énfasis nuestro)
La lectura de este pasaje es de por sí vomitiva. No obstante, pasemos a analizarla.
Munroe, a saber de dónde, hace de Jesús poco menos que un inepto, dubitativo acerca de a quién creer, hasta que se topa con su primo Juan que le ilumina.
Dice que al existir la costumbre en esa época de encontrar numerosas “escuelas de pensamiento”, Jesús decidió finalmente sujetarse a la “escuela de Juan”. Dice que Jesús, que era meses menor que Juan, hizo de Juan su pastor y maestro, convirtiéndose en su discípulo… ¿Dónde en la Biblia encontramos esto? ¿No es más bien lo contrario, cuando leemos de Juan diciendo que no era ni siquiera digno de desatarle el calzado al Señor? (Lc. 3: 16)
Pero todavía va más lejos, cuando asegura que Jesús se sometió a Juan, y por eso le pidió rogando que le bautizara, reconociendo que ese hombre enseñaba la verdad, y que él estaba por aquel entonces buscándola (¿?). De ese modo, él (Jesús) predicó lo mismo que Juan.
¡Qué terrible blasfemia! La Palabra que dice de Juan que es el más pequeño en los cielos (Mt. 11: 11), resulta que debe mentir, ya que Munroe dice que Juan es superior a Jesús.  Munroe, no sólo dice cosas que no vienen en la Biblia, sino que dice cosas que la contradicen, haciéndola mentirosa.
Jesús no le dijo a Juan que le bautizara como señal de estar bajo él, ni siquiera bajo su enseñanza, sino para darnos ejemplo:
“Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó”(Mt. 3: 15)
Véase que una vez fue bautizado, se apartó de él.
Nada que ver con lo que enseña Munroe.
Como Myles Munroe, muchos otros sin escrúpulos hacen que la Biblia diga lo que ellos quieren que diga, con el fin de apoyar sus necedades y blasfemias. ¿Será que Dios no va a juzgar esto?
Ahora bien, según enseña Munroe, fijémonos en el mensaje de Juan, que luego, según este falso maestro, copió Jesús:
“En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3: 1, 2)
Myles Munroe dice que ese era un  mensaje no religioso, que quería decir lo siguiente: Cambia tu manera de pensar. Ya no pienses en negativo sino en positivo. No eres un perdedor, sino un ganador, un campeón, un conquistador. Piensa y cree que eres un rey, y por tanto tienes dominio. Ejerce tu dominio hasta donde de lugar en esta tierra. El reino está en tus manos.
No es más que el mensaje típico de la Nueva Era.
¿Tiene esto que ver con el mensaje de Cristo de llevar la cruz todos los días, de perder la vida para hallarla, de morir a uno mismo para que Cristo viva? (Gl. 2: 20)
Nada que ver con contrición o dolor por el pecado cometido (concepto absolutamente ausente de su predicación); nada que ver con buscar el hacer la voluntad de Dios, nada que ver con buscar el agradar a Dios. ¡Nada que ver con el Evangelio!
Para este hombre y todos los que están con él, el tener la mentalidad del reino significa: autosuficiencia, y tener control y dominio sobre todo. Es el mismo mensaje de Satanás cuando dijo a Eva: Seréis como Dios” (Gn. 3: 5)
En este sentido, Munroe cada vez fue más lejos en su disertación. Leyendo Lucas 4: 43, exclamó:
“Jesús sólo tenía una buena noticia: el reino…Jesús no vio el Calvario, la Cruz, como su prioridad; el dijo yo vine con el propósito de devolver al hombre el reino de los cielos. Estas son las buenas nuevas, usted puede recuperar el reino otra vez(énfasis nuestro)
Claramente y sin ambages, Munroe dice lo que dice: la cruz no es lo más importante, sino el reino “recuperado”. Pero sin la cruz, no hay nada, sólo el infierno.
Ese “reino” constituiría el dominio del hombre sobre la tierra, es decir, el hacer cada uno su propia voluntad en esta vida. Esto último es claramente así, porque el mismo Munroe cree que el nacer de nuevo no es importante. Por tanto, una persona que no ha nacido de nuevo y “cree” en el reino, lo que hará será, no la voluntad de Dios, sino la suya propia.

“Myles Monroe enseñó en la iglesia de Guillermo Maldonado, ante él y complacido”

5. Myles Munroe quita toda la importancia a nacer de nuevo

Según Munroe, el reino del que Juan el Bautista primero, y luego Jesús enseñaron, es lo que todos los hombres, solamente por creerlo en su mente, tienen el derecho de recibir, no importando el nacer de nuevo, o no. ¡Sí, sí, han leído bien!...
En el minuto 51 de su conferencia, osadamente, Myles Munroe dijo exactamente lo siguiente ante los miles reunidos allí, y por el beneplácito de los Maldonado y comparsas:
“Jesús nunca predicó acerca de nacer de nuevo, él sólo mencionó acerca de nacer de nuevo una vez, y nunca lo predicó a la multitud, porque ese no fue su mensaje. Sólo mencionó el nacer de nuevo a un hombre viejo, a un solo hombre a las dos de la mañana, porque nacer de nuevo no era el evangelio, esas no son las buenas nuevas. Jesús nunca predicó fe, nunca predicó liberación”(énfasis nuestro)
Mi pregunta es, ¿Por qué estos – como Myles Munroe - que obviamente no son cristianos, les predican a miles de presuntos cristianos con el beneplácito de pastores que se supone son cristianos? Y voy más allá, por otro lado, ¿Cómo es que ministros que tienen una sana doctrina, no hacen nada para taparles la boca a esos farsantes del evangelio? (Ti. 1: 11) ¿Cobardía quizás?
Es realmente triste ver al pastor de esa iglesia, Maldonado, y a sus correligionarios aplaudir a ese hombre, el cual tuvo todo el tiempo de parte de Maldonado para seguir en el púlpito con sus aberraciones. Así es que él estaba de acuerdo con este mensaje.
Si el nacer de nuevo no es importante, entonces Jesús fue a la cruz de balde, ya que según este nefando hombre de púlpito, esa no era ninguna prioridad para Jesús. De ese modo, quizás Jesús hubiera podido ahorrarse ese sufrimiento; ¿Quizás no escuchó bien al Padre cuando le instaba a dar su vida por todos; quizás y después de todo Pedro le decía bien en cuanto a no ir a la cruz…?
Este, ni siquiera es “otro evangelio”. Esto es una blasfemia sin límites.


“Myles Munroe, posando”

6. El problema es el de ser pobres de espíritu, según Munroe

Según Myles Munroe, el problema de la humanidad no es el pecado, sino el ser pobre de espíritu, a lo cual llama tener un vacío espiritual. El dijo así:
“Jesús ve a todos los habitantes de la tierra y analizándolo todo llega a una conclusión: todos sufren pobreza espiritual; vacío espiritual. ¿La solución? El reino de los cielos. Esta es la razón por la cual la religión nunca va a satisfacer, incluido el cristianismo
Ese “vacío espiritual” para Munroe, no sería el causado por el pecado y la consecuente separación de Dios, sino por el no conocer la posibilidad de ejercer dominio en este mundo; lo que él llama el reino. De ahí que él mismo asegura que la fe cristiana no puede satisfacer a nadie.
Leyendo Mateo 5: 3, donde dice “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”,Munroe asegura que el reino es para todos los hombres sin excepción, ya que todos son pobres en espíritu, y eso sólo por cambiar de mente (el arrepentimiento según él), para así recibirlo.
Para Myles Munroe, fallando absolutamente en su exegética, los hombres todos son pobres en espíritu. Eso no es cierto. Su concepto es que “pobre en espíritu” significa necesitado de entender que tiene el dominio de parte de Dios para ejecutarlo en esta tierra. No obstante,  Jesús quiso decir algo muy diferente a lo que dice Munroe que dijo.
Cuando el Señor hablaba de ser “pobre en espíritu”, estaba hablando de todos aquellos que se ven necesitados de Dios, que temen a Dios, que reconocen la necesidad del ministerio de Jesús (la cruz y su resurrección), ya que de los salvos, y por tanto hijos, es el reino. Es el reino ahora en nuestras vidas, y será el reino visible cuando Él regrese, y se manifieste lo que hemos de ser (1 Jn. 3: 2).
Para Munroe, Jesús, así como Juan, fueron simples predicadores y expositores del reino, poco más. El mérito sería el del creyente, que al cambiar su manera de pensar (arrepentimiento, según él), ahora cree que va a ser un campeón, ya que tiene de parte de Dios el llamamiento de serlo, dominando este mundo.
En ese sentido asegura que todos los hombres buscan el reino. A tenor de Mt. 24: 14, dice así:
“Cuando el evangelio del reino sea predicado a todo el mundo, ¿cuál evangelio?, pero ¿qué hemos predicado? ¿el de nacer de nuevo?, por eso los musulmanes no buscan a Dios, porque no buscan el nacer de nuevo sino que buscan el reino, por eso los budistas no vienen al cristianismo, porque el cristianismo es una religión, no es el reino. Por eso lo hindús no vienen. Lo que buscan todos es el reino”
¡Barbaridad sobre barbaridad! Menospreciando la necesidad de nacer de nuevo (Jn. 3: 3), y por tanto la salvación propiamente dicha, Myles Munroe asegura que ningún hombre está interesado en nacer de nuevo, sino en el reino, es decir, en el dominar en este mundo. En esto tiene razón, los hombres no buscan a Dios por sí mismos, pero esto no es lo que ha querido decir. Lo que ha querido decir, es lo que ha dicho: que hay que predicarles a los hombres según sus deseos carnales: dominio, conquista, poder, gobierno, riquezas, prosperidad, etc. todo lo que cualquier pagano, idólatra e impío desea en esta vida, porque la salvación (el nacer de nuevo), no es la cuestión… por lo tanto, según Munroe – y que ya lo dijo - la cruz no es la cuestión.
Y yo me pregunto, ¿por qué gente como él y muchos más se presentan ante todos como predicadores evangélicos? La respuesta es simple; les interesa el favor de las masas crédulas, de dónde sacan sus muchos emolumentos, con el consentimiento de pastores tibios o torcidos.

“El llamado “Reino Ahora” no es más que el adelanto o preparación de lo que será el reino de la Bestia Anticristo, ¡piénsenlo!”

7. Según Munroe Jesús no puede volver todavía

“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven…El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús”(Apocalipsis 22: 17, 20
El mensaje bíblico por excelencia después de la salvación y de la consiguiente resurrección o transformación (1 Ts. 4: 17), es sin duda la venida del Señor, como hemos leído. Esta es la doctrina evangélica.
Jesús dice: “Ciertamente vengo en breve”
Ahora bien, Munroe dijo en esta su conferencia, aplaudiéndole y vitoreándole todos los que allí estaban según se puede ver con claridad en la grabación, incluidos los tres “espadas”, a saber, el anfitrión, Guillermo Maldonado, Cash Luna y Ana Méndez, que, de ninguna manera el Señor va a volver todavía. Para eso, y como ya es costumbre, enarboló el manido versículo 14, de Mt. 24.
Dijo así, burlándose de los predicadores como nosotros:
“Dicen: ¡Estén preparados, Jesús viene pronto!... ¡Cállense! Que el Señor viene pronto, no es el mensaje, no es el evangelio, dejen de enseñarlo, dejen de mentir al pueblo…”
Burlándose de los que creemos la verdad revelada, reiteradamente se burlaba también de la pronta venida del Señor, diciendo que eso nada tiene que ver con el Evangelio, y que los predicadores debemos dejar de enseñarlo.
¡Qué terrible osadía la de ese hombre!
Según él, la razón por la que Jesús no viene, es porque no se está predicando el evangelio del reino, es decir, su perverso y pervertido concepto del evangelio del reino.
Dice así a colación de esto:
“No hay otro mensaje. Mi corazón se rompe, porque vuestra religión no está funcionando. Un reino es un gobierno. No es una religión, es un gobierno. La Biblia dice que nosotros somos gobernadores”
Según él, el Señor no puede regresar porque los creyentes somos religiosos, vacíos espirituales, y no estamos reinando de hecho en esta tierra, subyugando todos los poderes habidos y por haber. Así pues, el retorno del Señor depende de nosotros… ¡Crasa herejía!
¿Nos ha llamado el Señor a gobernar este mundo? ¡No! El Señor nos dijo: Id y predicad el evangelio a todas las naciones, y hacer discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Jamás la iglesia ha recibido la encomienda de gobernar, reinar, dominar, sino de andar como Él anduvo (1 Jn. 2: 6); y sabemos como Él anduvo, ¿no es cierto?


“Decir que Cristo no puede volver aún, es como decir: “Señor, todavía no puedes volver, todavía hemos de reinar nosotros por un buen tiempo, ¡Absurdo!”


Halagos y lisonjas y más mentiras
Lisonjeramente, dirigiéndose a Guillermo Maldonado y a su esposa, Myles Munroe les dice lo siguiente refiriéndose a su iglesia:
“Esta iglesia es la mayor manifestación en esta ciudad del reino de una iglesia del reino, la cual está dominando sobre todo el área, y apenas comienza”. 
Los aplausos de Maldonado y su mujer no se dejan esperar, así como los vítores de la audiencia. Seguidamente anima a sus oyentes a poner en práctica el concepto del reino que según él, Dios les ha dado, y dice:
“Abra su propio banco, abra su propia compañía de seguros, abra su propia estación de radio y de TV, abra su propio negocio, domine toda la ciudad; esta es la vida del reino. Esto no es acerca de religión, es acerca del regreso de una cultura, la cultura del reino; Gracias que el reino ha llegado a Florida, en Colombia, Paraguay, etc. etc.”
¿Era este el concepto del reino que Jesús predicó, un reino en este mundo, hacia este mundo condenado? Obviamente, no.
No es más que la carnalidad puesta en acción. No es otra cosa sino la manifestación visible de las palabras inspiradas de Pablo:
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne”(Romanos 8: 5)

Concluyendo

Myles Munroe se equivoca en su entendimiento del reino. Jesús anunció que el reino se había acercado, porque Él es el Rey, y vino a los suyos, a las ovejas perdidas de Israel  de parte del Padre, para decirles que si le aceptaban como su Mesías – que lo es – el reino prometido a Israel vendría para quedarse.
El reino se volvió al cielo, con el Rey (no hay reino sin rey) porque Israel rechazó a Jesús, y será así hasta que digan bendito el que viene en el nombre del Señor. Eso será en su segunda venida.
El reino sobre la tierra, mayormente tiene que ver con Israel, el cual todavía ha de ser salvo (Ro. 11: 25, 26), el cual será el reino del Milenio o milenial.
Evidentemente, junto con todos los de su cohorte, Munroe es absolutamente reemplacista.
El reino visible en este mundo no existe, sólo en la mente febril de Munroe y de miles más que no entienden o no quieren entender lo que la Biblia enseña.
El reino para Myles Munroe y cientos más, si no miles, es en cuanto a lo visible, tangible, aquí y ahora, y desde una perspectiva absolutamente carnal, todo lo cual anhela cualquier impío; pero ese no es el reino de Dios el cual él dice predicar. Enseñó un verdadero siervo de Dios, el apóstol Pablo:
“porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”(Romanos 14: 17)
Ese Reino es el que está dentro de cada verdadero creyente, por tanto, nacido de nuevo.
El reino de Dios está en cada creyente en el momento en el que nace de nuevo por el Espíritu, y consecuentemente es salvo (Ef. 2: 8). El reino de Dios aquí y ahora está en el verdadero creyente, y nada tiene que ver con este mundo:
“Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5: 19)
El reino de Dios nada tiene que ver con este mundo; mundo que está a la espera de recibir la ejecución de su sentencia de parte de Dios (1 Ts. 1: 10)
El reino de los cielos, nada tiene que ver con las cosas que hay en este mundo, ni con el amor al mismo, sino todo lo contrario:
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2: 15-17)
Myles Munroe predica acerca de las excelencias de este mundo, las cuales todos los cristianos deberíamos buscar, poseer y dominar; no obstante, la Biblia, la cual él minimiza, dice otra cosa:
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.  Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3: 1-3)
Hay mucho más que dijo este hombre, pero baste con esto de momento.
Dios les bendiga.
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.
www.centrorey.org
Enero 2011
Cita:
“Redescubriendo el reino” Myles Munroe  http://vimeo.com/10673292

FIN


Fuente:Centrorey.org